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Una nueva oportunidad histórica, bases para una alternativa política. |
Texto completo de las exposiciones de Jorge Raventos, Pascual Albanese y Jorge Castro, en la última reunión mensual del centro de reflexión para la acción política Segundo Centenario, que tuvo lugar el pasado martes 4 de mayo en el Hotel Rochester |
Jorge Raventos
Jorge Castro
Pascual Albanese
Jorge Raventos
Hablamos de una nueva oportunidad histórica y vamos a tratar de señalar cuáles son los elementos que vemos para hablar de esa nueva oportunidad. Me toca a mí empezar por hablar de la situación mundial. Nos hacemos eco de aquella advertencia de Perón, que planteaba que la política nacional es un capitulo provinciano, que lo que importa es la política internacional, que se realiza dentro y fuera de los estados. Empezamos por ahí para señalar que las circunstancias mundiales crean para la Argentina un escenario que esta vinculado a un proceso de creciente integración económica, donde encontramos un eje explicativo de este proceso de integración en las transformaciones que se están viendo en los dos países que aparecen como más significativos en este proceso de globalización, que son Estados Unidos y China.
En el caso de Estados Unidos, lo que estamos viendo es que, así como Gran Bretaña fue la cuna de la primera revolución industrial, que permitió una onda expansiva del capitalismo, Estados Unidos es el centro impulsor de la revolución tecnológica de la información, que en el caso particular de ese país-continente ya no se manifiesta solo como un avance en las ramas especificas de la tecnología y la informática, sino que ha extendido la capacidad productiva de esta revolución de la información virtualmente a todos los sectores de la economía , que al mismo tiempo se ha convertido en una economía productora y exportadora de productos de alta tecnología, que son los que representan el 80% de la generación de riquezas, mientras que el proceso de producción manufacturera ha bajado en Estados Unidos a menos del 20% del producto bruto interno.
Mientras advertimos este fenómeno de crecimiento económico y expansión de la productividad y de creación de una sociedad de la información en el caso de Estados Unidos, vemos a China convertida en la gran “fábrica mundial”. Aquellas manufacturas que Estados Unidos ha dejado de hacer se trasladan a China, que responde hoy por el mayor impulso al crecimiento de la producción mundial y que, desde su incorporación a la Organización Mundial de Comercio, manifiesta su voluntad de abrir su economía y participar de una manera activa en el proceso de globalización, convirtiéndose en el motor que explica el crecimiento de los precios de los commodities y el incremento del comercio en toda la región del Asia Pacifico.
China recibe hoy la mayor cuota de inversión extranjera directa y es ésta la que está motorizando las exportaciones industriales chinas en el mundo. El 40% de esas exportaciones son de filiales de empresas extranjeras radicadas en China , el 20% de los tributos impositivos y casi el 20% del valor agregado industrial es el valor o los valores que están mostrando la participación extranjera en el crecimiento chino. Esto no es una novedad. En realidad, la novedad empieza a ser la necesidad del gobierno chino de “enfriar” ese crecimiento, para evitar consecuencias inflacionarias indeseables. Y este fenómeno de un país de 1.350 millones de habitantes, con una mano de obra educada y barata, que recibe industrias extranjeras y se convierte en la fabrica mundial, ocurre simultáneamente con el fenómeno de que Estados Unidos se convierte en un gran exportador de servicios de alta tecnología y convertido en un país de una nueva sociedad de la información.
Estos dos mecanismos no están separados sino que están entrelazados y son complementarios, es decir, están mostrando el eje del proceso de integración económica mundial en el que estamos inmersos. Este proceso marca oportunidades. Los 1.350 millones de chinos que están creciendo desde hace mas de dos décadas a un promedio cercano al 10% anual acumulativo, mejorando el nivel de consumo actual y mejorando sus niveles de bienestar, incorporando y urbanizando masas de población, están en su ascenso social , en su búsqueda de mayor bienestar , convertidos en una fuerza demandante de esos commodities, lo que explica el aumento del precio de ellos, y -sobre todo- están convertidos en una fuente demandante de alimentos, de más alimentos y de mejores alimentos.
Al mismo tiempo, esto, que genera una oportunidad porque la Argentina tiene para abastecer esa demanda, está marcando los limites de la “cancha internacional” donde estamos inmersos, porque con Estados Unidos, convertido en una sociedad de información, que incorpora desarrollo tecnológico al conjunto de su línea tecnológica , tenemos un filo de una gran tijera y como segundo filo la producción industrial masiva generada por China en condiciones altamente competitivas, dadas por su mano de obra calificada y muy barata.
De modo que para la inserción internacional de los otros países aparece la necesidad de evitar los filos de esta tijera , es decir los limites de la cancha están puesto en términos tales que hay que encontrar las posibilidades que aquellos países tienen para integrarse al sistema de comercio mundial teniendo en cuenta que hay que evitar los filos de esta tijera , por arriba con la tecnología altamente desarrollada y por abajo con la producción altamente competitiva, basada en la suma de capital extranjero , salario bajos y mano de obra especializada.
Esto está planteando entonces la necesidad para los países de especializarse en aquellas cosas en las que tengan la posibilidad de establecer ventajas competitivas genuinas. Hasta hace algunos años, algunos teóricos planteaban como modelos posibles de integración al mundo modelos capitalistas donde las ventajas competitivas eran inducidas políticamente por los estados. Se hablaba, por ejemplo, del “modelo coreano”. Las condiciones actuales del mundo nos están indicando que solamente se pueden integrar exitosamente al sistema económico mundial aquéllos que estén en condiciones de especializarse en aquellos rubros en los que tienen ventajas competitivas genuinas es decir, aquéllos con ventajas comparativas apreciables, de modo de, a partir de esa base, desarrollar cadenas de producción donde se puedan sacar provecho de esa ventaja inicial.
Estos son los límites de la cancha. Esta cancha ofrece estas posibilidades, fundamentalmente desde los recursos naturales y de producción y de servicios liderados a partir de esos recursos naturales en los que la Argentina tiene esas ventajas de salida. Hace un mes o dos, Jorge Castro citaba acá la diferencia en los costos de producción de soja en los Estados Unidos y la Argentina, donde la diferencia era para la Argentina de 33-35%.
El proceso de integración mundial lo que está indicando es que hay una onda de expansión económica que aprovecha en su flujo esas ventajas en el mundo y que los estados pueden integrarse a ese mundo en la medida que sean capaces de aprovechar estratégicamente las ventajas y los recursos con los que cuentan.
Nombrábamos el caso de China, tenemos también el caso de la India, entre ambos el 40% de la población mundial. Así como China se convierte en la fabrica mundial que utiliza el vínculo entre la inversión extranjera y la capacidad de producción de manufacturas, hoy tenemos el vínculo entre la inversión extranjera y la exportación de servicios, en lo que se llama el “outsourcing” o la tercerización de servicios, desde servicios aéreos hasta servicios de secretarias para multinacionales.
La India está convirtiéndose en un centro de exportación de estos servicios, tiene una ventaja en particular que es el manejo de ingles de una gran faja de la población, de sectores muy amplios de la población con educación que le permite acceder a esos trabajos. Y lo otro lo hace la revolución tecnológica, permite exportar sin costos, por vía informática, este tipo de servicios, que son mucho mas económicos en la India que en los países más desarrollados. Por lo tanto, se están generando situaciones de conflictos en los países centrales porque trabajadores de clase media, en este caso de los servicios, ven que las oportunidades de trabajo se están desplazando de esos centros a países emergentes en condiciones de prestado, como es en el caso de la India.
Estos son fenómenos de mucha magnitud porque son casos en los que los dos países suman casi la mitad de la población mundial, pero en rigor estos fenómenos que están marcando esta integración de carácter mundial, ya no solo de las finanzas, como se dio en la década de los 90 , ahora también en los servicios, lo que señalan es que estamos en una época en que la tendencia central y determinante es la integración económica o mundialización económica, a la cual es preciso comprenderla para no sufrirla, sino volcarla de una manera productiva y efectiva para el país.
En estas condiciones estamos en este momento. Son condiciones que nos permiten integrarnos de una manera creativa y buena para nuestros propios intereses como Nación. Por ello decimos que desde esta perspectiva vemos las nuevas oportunidades históricas que se le presentan a la Argentina .
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Jorge Raventos, Pascual Albanese, Jorge Castro , 27/05/2005 |
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