UNA NUEVA OPORTUNIDAD HISTÓRICA, BASES PARA UNA ALTERNATIVA POLÍTICA -

 

Documento de trabajo elaborado por Jorge Raventos, Pascual Albanese y Jorge Castro
Viene de
2 ) LA REVOLUCIÓN DE LOS ALIMENTOS .

Todo esto afecta de manera directa a la Argentina. No hace falta abundar en detalles acerca de la correlación existente entre el incremento de la demanda china y el publicitado "boom" de la soja. China ocupa ya el cuarto lugar como destino de las exportaciones argentinas, pero la tendencia la lleva a convertirse inexorablemente en el primer comprador, antes que Brasil o la Unión Europea. En los últimos ocho años, las exportaciones argentinas a China más que se sextuplicaron. Entre 1995 y 2002, crecieron 300%. Y solo en el 2003 aumentaron más de un 100%.

A pesar de las casi nulas posibilidades de obtener financiamiento interno o externo, las grandes empresas industriales del complejo agroalimentario, siguen realizando importantes inversiones en la Argentina. Detrás de esas decisiones de inversión, hay un diagnóstico preciso: más allá de las condiciones macroeconómicas, el crecimiento de la producción agroalimentaria, en el contexto de una economía mundial en expansión, no es un fenómeno de corto plazo, de tipo provisorio, producto de mejoras circunstanciales en los precios de los commodities agrícolas. Responde a una tendencia de fondo. Las grandes transnacionales norteamericanas de alimentos disminuyen sus inversiones en Estados Unidos y las trasladan al exterior, en especial hacia la región del mundo emergente que presenta las mejores ventajas comparativas en materia de producción alimentaria: el MERCOSUR, en particular Brasil y, potencialmente, la Argentina.

No sólo la Argentina y Brasil sino también los otros dos socios del MERCOSUR, Uruguay y Paraguay, y en ciertas zonas también Bolivia, presentan claras ventajas comparativas en materia de producción agroalimentaria. La perspectiva de un MERCOSUR agroalimentario, unida a una activa vinculación con los mercados de consumo de los países del Asia Pacífico, constituye una extraordinaria oportunidad para que el bloque regional sudamericano encuentre una sólida inserción dentro de las grandes corrientes de inversión y de comercio internacionales. El MERCOSUR está en condiciones de transformarse en el primer exportador mundial de alimentos, por encima inclusive de los Estados Unidos.

Este vuelco en las tendencias de inversión en el negocio agroalimentario se relaciona en forma directa con la estructura de costos de la producción primaria. Según señaló Peter Goldsmith, especialista de la Universidad de Illinois, el costo de producción de una tonelada de soja en Estados Unidos es de 249 dólares, mientras que en la Argentina alcanza los 192 dólares.

La superior competitividad de la producción agrícola de la Argentina no es sólo el resultado de ventajas comparativas excepcionales para la producción primaria. Surge también del cruce de esas ventajas con las gigantescas inversiones realizadas en la década del 90 en todo el sistema logístico de apoyo a la producción, potenciadas por la utilización sistemática de los adelantos biotecnológicos, como las semillas transgénicas, y el uso generalizado de la siembra directa.

El altísimo nivel de competitividad alcanzado por el agro argentino, probablemente el mayor del mundo, es un eufemismo técnico para referirse a su superior productividad, que ha transformado sus innegables ventajas comparativas en inequívocas ventajas competitivas de alcance mundial.

En otros términos: es la superior productividad agrícola del país el factor más importante capaz de atraer las inversiones industriales, tanto nacionales como transnacionales. La producción de alimentos en el mundo es hoy una cadena integrada y transnacionalizada de alcance global. Hay un redescubrimiento de la importancia del primer eslabón de esa cadena productiva. Porque las inversiones tienden a dirigirse hacia la totalidad de la cadena cuando ese primer eslabón, que es la producción primaria, adquiere un nivel superior de productividad.

La puesta en marcha de una verdadera Revolución de los Alimentos, que privilegie la especialización de la Argentina en la producción agroalimentaria, no implica en modo alguno la reprimarización de la economía del país. Al contrario: es el camino más apropiado para avanzar en una reindustrialización internacionalmente competitiva de la Argentina.


Continúa
Jorge Raventos, Pascual Albanese, Jorge Castro , 03/05/2004

 

 

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