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Conflicto en Medio Oriente - La sexta guerra |
En las últimas dos semanas, Israel se sumergió en la sexta guerra convencional y en gran escala de sus casi 60 años de vida independiente. |
Comenzó el miércoles 12 de julio, con una derrota táctica surgida de una sorpresa: Hizbollah, la organización político-militar de la comunidad Shiita libanesa, atravesó la frontera internacionalmente reconocida entre Israel y el Líbano y capturó 2 soldados de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) y mató a otros 8.
Lo que comenzó como una derrota táctica, puede convertirse para Israel en la gran oportunidad estratégica en su conflicto de más de 20 años con Hizbollah. Cuando Hizbollah ataca Israel desde territorio libanés, y mata y captura soldados israelíes, violando abiertamente la frontera entre los dos países (“Blue Line”), estaba reunido en San Petersburgo, Rusia, el Grupo de los 8 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia, más Rusia). El G-8, por unanimidad, caracterizó la crisis desatada el día 12 como “el resultado de la acción de fuerzas extremistas para desestabilizar la región”; y agregó: “Hizbollah atacó a Israel desde territorio libanés, y violó la frontera internacional, en el intento de revertir las tendencias positivas que comenzaron con el retiro de Siria en el 2005 y de debilitar al gobierno del primer ministro libanés Fuad Siniora”.
El G-8 precisó también que, a partir del día 12, “Israel ejerce el derecho a defenderse a si mismo”, al tiempo que llamó al Estado hebreo a ejercer ese derecho en forma restringida.
Dos días después se reunieron en El Cairo los 22 países de la Liga Árabe, que –asombrosamente- criticaron a Hizbollah por provocar la crisis. No hay antecedentes en la historia de la organización de una crítica a una facción árabe en medio de hostilidades con Israel. Egipto, Arabia Saudita y Jordania, entre otros, señalaron que la conducta de Hizbollah era “aventurera e irresponsable”. El reino saudita preciso aún más la naturaleza de la crisis: “estalló –dijo- como resultado de un ataque terrorista autorizado por Irán”.
El Primer Ministro libanés, Fuad Siniora, dijo, 7 días después del estallido de la crisis, al diario Corriere della Sera: “no es un misterio que Hizbollah responde a las agendas políticas de Teherán y Damasco. El mundo entero debe ayudarnos a desarmar a Hizbollah. Pero primero necesitamos alcanzar un cese del fuego. Agregó el premier: “lo importante ahora es restaurar la soberanía libanesa en el sur del país, desmantelando toda milicia armada paralela al ejercito nacional, como Hizbollah.”
En septiembre del 2004, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1559, que exige que Hizbollah se desarme y que el ejército libanés tome nuevamente el control del sur del Líbano. La resolución fue auspiciada, en conjunto, por Estados Unidos y Francia.
Es probable, en síntesis, que el éxito táctico de Hizbollah el día 12 haya sido el mayor error estratégico de su historia.
La estimación de la inteligencia israelí, según Zeev Schiff, el principal estratega de Israel, es que “…si Israel no comete ningún error brutal durante los combates, le será permitido continuar con su asalto a Hizbollah por una semana o dos, y posiblemente más”.
Este parece ser el encuadre político de la sexta guerra de la historia del Estado: “¿y que es la guerra sin la política? una historia del hampa, una cosa sin significado ni importancia”, dice Clausewitz.
La guerra cambió de naturaleza el 16 de julio. Ese día Hizbollah lanzó misiles de alcance estratégico contra Haifa, la tercera ciudad israelí, ubicada en el corazón del Estado, a poca distancia de Tel Aviv. Los misiles lanzados contra Haifa fueron dos, y se estima que son de origen iraní (Raad-1S), con un alcance de hasta 150 kilómetros, capaces de golpear la totalidad del territorio con armas químicas y biológicas.
En ese punto y momento, la guerra dejó de ser un choque fronterizo ampliado, uno más de los que ha tenido Israel con sus vecinos árabes, para transformarse en un conflicto de tipo existencial, en el que está en juego la supervivencia del Estado.
La guerra todavía no alcanzó su punto culminante. Quizás lo haga si Hizbollah se decide, y con el respaldo de Irán, lanza misiles de alcance estratégico contra Tel Aviv. En ese caso, Israel complementará su ofensiva aérea y naval en el Líbano, con un operativo terrestre de envergadura, dirigido, en principio, sólo al sur del país.
Si se produjeran estos ataques misilísticos contra Tel Aviv, Israel no tendría más alternativa que la victoria. En ese caso, al adquirir el conflicto el carácter de amenaza existencial, esta sexta guerra, al igual que la primera (Guerra de la Independencia/mayo de 1948), la tercera (Guerra de los Seis Días/Junio de 1967), y la cuarta (Guerra del Yom Kippur-Ramadan /Octubre de 1973), no dejaría como alternativa ni la rendición ni la derrota.
“El genio estratégico se muestra siempre en la capacidad para discernir lo esencial”, señala Clausewitz.
Publicado en el DIARIO PERFIL el 23/7/06
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Jorge Castro , 24/07/2006 |
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