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La fuente energética del futuro Brasil avanza a paso firme en el desarrollo de biocombustibles. |
El presidente de la União da Agroindustria Canavieira de São Paulo, Eduardo Pereira de Carvalho, manifestó en una audiencia concedida por la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos realizada el 22 de junio pasado, que el etanol producido a partir de la caña de azúcar en Brasil es competitivo con cualquier nafta obtenida a partir de un crudo que cueste más de U$S 40 el barril.
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En Brasil, luego de una sustancial inversión en tecnología durante los últimos 30 años, el rendimiento promedio de los cultivos de caña de azúcar subió de 56 toneladas por hectárea en 1975 a 84 en 2004.
Además, la producción de etanol por hectárea sembrada de azúcar, creció de 3.200 litros por hectárea en 1975 a 6.700 litros en 2004. Brasil destina 5.800.000 hectáreas al cultivo de la caña de azúcar, más de la mitad se utiliza como insumo para producir etanol.
Pereira de Carvalho consignó que las condiciones creadas en Brasil pueden replicarse en cualquier región tropical del globo.
Brasil tiene 90.000.000 de hectáreas de tierras sin cultivar. Si la totalidad de esos campos fuesen destinados a producir caña de azúcar, con los actuales rendimientos, el etanol obtenido a partir de la misma sólo alcanzará a suplantar el 11 % de la producción mundial de crudo. Esto significa que es posible que los grandes países productores agrícolas, ninguno de los cuales es gran exportador de petróleo, cooperen entre sí a fin de reemplazar el consumo de crudo por biocombustibles, asumiendo el hecho de que, a los actuales precios del crudo, hay mercado para todos los productores eficientes.
La potencialidad de expansión de la producción de etanol está atrayendo a grandes inversores internacionales. La norteamericana Cargill compró hace unos días la usina de alcohol brasilera Cevasa. Bill Gates, de Mirosoft, tomó fuerte participación accionaria en la Pacific Ethanol, de EEUU. George Soros compró en febrero la usina Monte Alegre de Mina Gerais. Larry Page y Segey Brin, de Google, estuvieron en enero en el interior de San Pablo, analizando oportunidades de inversión en el sector.
En toda América Central y el Caribe hay en desarrollo proyectos para producir etanol a partir de la caña de azúcar, para ser usada como combustible en automotores.
En China se anunció la construcción de una gran planta para producir etanol que utilizará como insumo la mandioca, cultivo que requiere mucha mano de obra, abundante y económica en las zonas rurales de ese país.
En EEUU el etanol no se produce a partir de la caña de azúcar sino utilizando como materia prima el maíz. En ese país, el precio interno del azúcar es muchísimo mayor que en el resto del mundo debido a la inmensa protección a la industria local que representa el establecimiento de pequeñas cuotas de importación de azúcar. De tal forma los ingenios de ese país están enfocados en la producción de azúcar y no tienen interés en producir etanol.
En un mercado sin distorsiones debido a subsidios, el etanol producido a partir de la caña de azúcar es más económico que el obtenido a partir del maíz.
En 2005, la producción Argentina de azúcar fue de 2,16 millones de toneladas, 75 % mayor que en 1990, a pesar de no haber aumentado la superficie cultivada. Este incremento fue motivado por las innovaciones tecnológicas adoptadas desde esa fecha.
El cultivo se localiza, fundamentalmente, en las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy. También, de manera incipiente, en Santa Fe y Misiones.
La provincia con mayor producción es Tucumán, pero el rendimiento de azúcar por hectárea es mayor en Salta y Jujuy, alcanzando, en algunos campos, valores similares e incluso mayores que el promedio brasilero. Esto es debido a la existencia de ingenios modernos de gran dimensión y a la integración de grandes productores primarios, facilitando el manejo del cultivo mediante tecnologías de avanzada.
En Tucumán, los pequeños productores presentan importantes limitaciones tecnológicas. Sólo las fincas de más de 150 hectáreas utilizan sistemas de producción modernos, agroquímicos adecuados y cosecha mecanizada.
La producción argentina de petróleo cayó 19 % entre 1998 y el 2005. Las reservas resultan actualmente inferiores a 10 años de consumo. De continuar esta situación, el país se convertirá en importador neto y creciente de crudo a partir del 2008. El precio al que las refinerías reciben hoy el producto es menor al del mercado internacional, debido a las retenciones a la exportación de crudo del 45 %.
En Argentina es preciso alentar la producción de etanol a partir de la caña de azúcar para su uso como combustible en automotores, no para competir con la producción local de hidrocarburos, pues debido al subsidio al consumo que representan las retenciones a la exportación de crudo es imposible, sino para evitar importar combustibles que en el futuro serán cada vez más caros y escasos.
Publicado en EL TRIBUNO de Salta el 16/7/06 |
Alejandro Albanese , 17/07/2006 |
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