Se acentúa el boom de productividad en EEUU.

 


El boom de productividad de la economía norteamericana es la tendencia central de la actual fase de globalización del capitalismo, al menos desde mediados de la década del 90. El significado histórico-estructural de este hecho aparece en su verdadera dimensión en comparación a lo ocurrido, en ese periodo, con las otras economías avanzadas integrantes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
En los países de la OCDE, con la excepción de EEUU, la productividad del trabajo ha declinado desde la década del 60, según advierte el informe del Bank of International Settlements (BIS), de Basilea: “Revisiting recent productivity developments across OECD countries”, BIS Working Paper N° 182, octubre del 2005.

“La tendencia de la productividad (con el insumo del trabajo definido como el número de horas trabajadas) crecía aproximadamente 3.5% por año en el área de la OCDE como conjunto en la última parte de la década del 60 y comienzos del 70. Pero esta tasa de crecimiento cayó, luego, alrededor de 1.5 puntos porcentuales, y ha permanecido estable, posteriormente, en niveles más bajos”.

La excepción a este fenómeno en el conjunto de los 32 países capitalistas avanzados son los Estados Unidos, en los que el producto por hora trabajada se ha acelerado significativamente desde la segunda mitad de la década del 90; y crece ahora al mismo ritmo que antes de la década del 70 (3.5% anual).

El resto de los países del área OCDE, con exclusión de los Estados Unidos, han experimentado una sostenida desaceleración en la productividad laboral. De esta forma, la productividad el ellos ha crecido menos del 2% anual desde mediados de la década del 90, la mitad, aproximadamente, de la tasa que registraban en la década del 70. Todavía más significativa ha sido la caída de la productividad en el área EURO, particularmente en Italia, y, especialmente en los últimos 10 años, también en España. En los otros países del área EURO, ante todo Alemania y los Países Bajos, así como en Japón, la productividad se aceleró en la década del 80, pero retomó su declinación, en forma todavía más significativa, en los últimos 10 años.

La estimación del BIS muestra, en breve síntesis, que la tendencia de la productividad laboral se aceleró en los Estados Unidos y en algunos países nórdicos, a partir de mediados de la década del 90, mientras que se desaceleró marcadamente en Japón, Alemania, Italia y Holanda.

El BIS advierte también que la productividad laboral puede resultar, por un lado, de la influencia de la acumulación de capital o, por el otro, del denominado “progreso tecnológico”. Este último es el aumento del producto con la utilización de los mismos insumos de trabajo y capital; es también la denominada productividad de la totalidad de los factores (PTF), lo que, antiguamente, en términos históricos, se conocía como “plusvalía relativa”. En cambio, la utilización de más capital para una determinada unidad de trabajo o el aumento de las unidades de trabajo combinado con el crecimiento del capital, es el incremento del “capital hundido” (“capital deepening”).

En el conjunto del área de la OCDE, el desarrollo de la PTF ha sido relativamente estable en las últimas tres décadas, con una leve declinación desde 1976 hasta 1995, y una mejora marginal en los últimos 10 años.

Nuevamente en este plano la excepción es Estados Unidos. Allí la tendencia de la PTF (por hora de trabajo) se aceleró en los 80 y nuevamente en los 90; y se estima que ahora crece más de 2% por año. Es un nivel de crecimiento tan rápido como en la década del 60, esto es, en la fase previa a la globalización que emergió a partir del primero de los shocks petroleros (1973). Desde esta perspectiva, las mejoras norteamericanas en PTF aparecen estructuralmente más arraigadas que el propio incremento de la productividad laboral, que también se aceleró en la década del 90. En los Estados Unidos, la principal causa de la aceleración de la PTF es la drástica mejora en la productividad del capital, reflejo, a su vez, del “progreso tecnológico”, mientras que la contribución del “capital hundido” es significativamente menor: sólo 0.7% anual.

En los países de la OCDE, fuera de EEUU, en cambio, la productividad del capital, en conjunto, ha caído; y la productividad del capital que ha aumentado responde fundamentalmente a la contribución del “capital hundido”, no a la PTF.

La PTF estadounidense, en suma, se ha fortalecido por encima de la productividad laboral y lo ha hecho todavía de forma más sostenida. La diferencia entre la PTF estadounidense y la europea se amplia cada vez más, en la medida en que los países del área EURO muestran tasas de crecimiento PTF cada vez más declinantes en los últimos 10 años, al punto de disminuir 0.5% por año en el momento actual.

El resultado de esta divergencia entre Estados Unidos y el resto de los países de la OCDE, es que la capacidad de crecimiento potencial de largo plazo de los EEUU aumenta 3.25% anual, mientras que, en el área EURO, sólo lo hace 2% en el año y en Japón 1%.

El boom de productividad norteamericano es la tendencia central de esta fase de la globalización.

Publicado en EL CRONISTA el 28/5/06
Jorge Castro , 06/05/2006

 

 

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