El boom chino es obra de las transnacionales .

 


China se convirtió en la tercera potencia comercial del mundo en el 2005, detrás del EEUU y Alemania, con un comercio exterior que asciende a 1.4 billones de dólares con una tasa de crecimiento de las importaciones y exportaciones del 26%. La OCDE estima que si China mantiene esta tasa de crecimiento del comercio internacional se convertirá en la primera potencia comercial del mundo en el 2010, también sostiene que hacia el 2015 el 50% del comercio internacional pasaría por China.

La clave del fenomenal crecimiento del comercio internacional chino es la inversión extranjera directa (IED) de las empresas transnacionales (ETNs). Más del 60% de total de las exportaciones son obra de ETNs y, a medida que se avanza en la cadena del valor agregado y de la complejidad tecnológica, la participación en las exportaciones es cada vez mayor, 80/90% o más.
Pero el éxito comercial chino no es simplemente el de su especialización y sus ventajas comparativas surgidas de disponer la fuerza laboral más grande y comparativamente más barata del mundo actual. En ese caso, China exportaría al mundo sólo productos trabajo intensivo (juguetes o zapatillas). China se ha convertido, por el contrario, en el principal exportador de bienes de equipo y de capital en la industria de alta tecnología. Es el resultado del traslado masivo de la industria de Taiwán a China continental (Taiwán es uno de los tres centros de producción de alta tecnología en el mundo junto al Sillicon Valley de EEUU e Israel).

En realidad “el conjunto de las exportaciones chinas corresponde a un país que tiene un ingreso per capita tres veces superior al chino”, dice Dany Rodnik (“What so special about China exports?” NBER Working Paper 11947, enero 2006). En la actualidad, la proporción no es tres veces superior al ingreso per capita de China (1130 dólares en valores constantes), sino que la canasta de exportaciones de China supera hoy la de un país que tiene 6 veces el ingreso per capita de china.

Lo que importa, dice Rodnik, no es cuánto exporta un país, sino qué es lo que exporta. En este sentido, el crecimiento chino ha sido, a partir de 1992, producto de la diferencia de productividad entre sectores y de los cambios estructurales realizados por el gobierno chino; es el paso de las actividades de baja productividad a las de alta productividad, todas ellas arrastradas por las actividades exportables de alta productividad “creadas o descubiertas” por la IED de las ETNs.

En suma, lo que ha ocurrido en China en los últimos 15 años, es que el ingreso per capita comenzó a converger rápidamente con el nivel de la productividad de la canasta de exportaciones del país realizadas, fundamentalmente, por las ETNs a través de la IED.

El nivel de ingreso per capita pasó del 15% de la canasta de exportaciones en 1992 a ser el 35% en el 2003 (índice expi). Esto significa, en otros términos, que se está desarrollando en China un proceso generalizado de difusión de la productividad dentro de la economía, a medida que la gigantesca fuerza de trabajo, se mueve a través de las industrias hacia las actividades exportables de alta productividad de las ETNs.

La característica de la actual etapa de la globalización de la economía mundial no es el alto y homogéneo nivel de crecimiento mundial, sino la modificación estructural del comercio internacional y su relación con la inversión extranjera directa (IED) de las empresas transnacionales (ETNs). Más de 2/3 del comercio internacional es hoy obra de ETNs, ya sea a través del comercio entre ellas o el que llevan a cabo con sus asociadas y afiliadas.

En síntesis, el comercio internacional, que crece 2 y 3 veces por encima del PBI mundial en los últimos 15 años, es el resultado directo, en relación causa-efecto, de la IED de las ETNs en el mundo entero, y en primer lugar en el emergente, sobre todo China.

Lo decisivo, en suma, para el crecimiento sostenido, a altas tasas, en esta nueva fase de la globalización, no es la tasa de crecimiento actual que tiene un país, sino si participa o no y en que condiciones y magnitudes en el núcleo de la globalización actual que es comercio internacional resultado directo, en relación causa –efecto, de las inversiones de las ETNS.

Participar de la globalización es IED de las ETNS y, de esa manera, multiplicar la presencia del país en el comercio mundial.

Publicado en EL CRONISTA el 29/3/2006
Jorge Castro , 04/03/2006

 

 

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