EEUU y China adelantan un boom mundial

 


La economía de EEUU creció 4.3% en el tercer trimestre del año, un punto más que en el trimestre previo. Esto, en el periodo en que experimentó catástrofes como los huracanes Katrina y Rita, y mientras el precio del petróleo oscila entre 67 y 71 dólares el barril, el nivel más alto desde el segundo shock petrolero de 1979-1981. EEUU crece así por encima del promedio del 3.3% en los últimos 10 trimestres; y se acerca a los niveles record de la década del 90, cuando, en los años del presidente Clinton, alcanzó la tasa de crecimiento más alta, en el periodo más largo, de toda su historia desde que se tienen estadísticas (1854).
Este crecimiento espectacular de la mayor economía del mundo (30% del PBI mundial), se sustenta en un salto estructural de productividad. La productividad norteamericana trepó al 4.1% en el tercer trimestre de este año, dos puntos por encima del trimestre previo. Implica que es dos veces y media la productividad japonesa y tres veces la europea. Es también el nivel de productividad más alto de los últimos 56 años.

Este salto de la productividad no es cíclico ni coyuntural, sino estructural. Crece incluso en la fases recesivas (2001), y en las etapas de bajo crecimiento económico. Revela que la totalidad del sistema económico ha absorbido la revolución tecnológica del procesamiento de la información; y, de esta forma, EEUU se ha convertido en la primera “economía de la información” del mundo avanzado.

En septiembre, el flujo de capitales que recibió EEUU del mundo entero ascendió a 101.900 millones de dólares, el nivel más alto de los que se tiene registro. Más de la mitad se dirigió a la compra de activos privados (títulos, acciones, equities). En ese mes, el déficit comercial también fue record: 66.100 millones de dólares. Las dos cifras indican que el resto del mundo invirtió en EEUU casi 40.000 millones de dólares más de lo necesario para financiar su balanza comercial.

China creció 9.5% en los primeros 9 meses de este año. Repite la performance de los últimos 26 años, en que su crecimiento anual promedio fue 9.4%. En ese periodo, multiplicó por 6 su PBI y duplicó cada 9 años su producto per capita. Pero lo más importante de China no es su crecimiento interno. Su comercio internacional creció 24% en los primeros 10 meses de este año. Crece tres veces más rápido que el comercio mundial. Hoy China es la tercera potencia comercial del mundo y según la OCDE será la primera en el 2010. A este ritmo, en 15 años, su comercio externo duplicará al de EEUU y abarcará un 25% del total mundial. Será el centro y eje del sistema de comercio internacional.

Su comercio exterior es el 70% de su producto. Es una proporción tan elevada como la de Corea del Sur, sólo que en un país que es 25 veces más grande. China es hoy una gigantesca plataforma transnacional de producción, la segunda en orden de importancia en el mundo, después de la norteamericana.

La fuerza de trabajo mundial se ha duplicado en los últimos 15 años, tras al vuelco de China al capitalismo, la apertura de la India y el colapso del bloque comunista. La relación trabajo/capital global ha caído a la mitad, el giro más grande de toda la historia del capitalismo desde la Revolución Industrial. Por eso, los salarios poco calificados caen, y la rentabilidad del capital aumenta. Las ganancias del capital en EEUU están en los niveles más altos de los últimos 75 años.

La OCDE advierte estas tendencias de fondo. El crecimiento mundial, “excepcionalmente vigoroso”, se ha ampliado en los últimos meses. El “poderoso ímpetu proveniente de EEUU y China se extiende al mundo entero y abarca incluso a Europa Continental.” Señala que la virtual desaparición de la inflación –“estabilidad de precios”- y el empuje extraordinario de EEUU y China “abre la posibilidad de una prolongada expansión mundial”. El país que está en la avanzada del sistema completó un ciclo de revolución tecnológica y el mercado mundial se ha duplicado. Estas son las dos condiciones que preanuncian, en la historia del capitalismo, una nueva onda larga de expansión de largo plazo.

América Latina experimenta la mayor tasa de crecimiento de los últimos 27 años. Todos los países de la región crecen sin excepción. Incluso aquellos que sufren una crisis orgánica que los coloca al borde de la disolución lo hacen por arriba del 4% (Haití, Ecuador, Bolivia). Pero en América del Sur el auge económico no es sinónimo de estabilidad política. Son fenómenos que corren por vías paralelas. Sus sistemas políticos tienen su propia crisis, a punto que los regimenes presidenciales no tienen un término definido de mandato, más allá de lo establecido en la constitución.

La acumulación global intensifica su ritmo. Alcanza, probablemente, una nueva dimensión histórica estructural. Todo se revisa, todo entra en juego, y las crisis se transforman en un dato cotidiano y no excepcional.

Arículo publicado en PERFIL el 4/12/05
Jporge Castro , 24/09/1270

 

 

Inicio Arriba