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Repliegue norteamericano de América del Sur. |
Estados Unidos se ha replegado estratégicamente de América del Sur. El nuevo orden de prioridades de EEUU tras el 11 de septiembre coloca su acción estratégica en otras partes del mundo, en especial en Medio Oriente, y en primer lugar, en Irak, y no en América del Sur. |
A su vez, desde el 11/9 en adelante se ha producido una drástica y nítida diferenciación entre el norte y el sur de América Latina. Diferenciación que previamente existente pero que, luego de la revisión realizada después del 11/9 ha adquirido un carácter central, y probablemente definitivo. Esta diferenciación entre el sur y el norte de América Latina, ya no se limita al ámbito económico y comercial surgido del hecho de que, a partir de 1993, el NAFTA integró a México al espacio económico norteamericano, en una ubicación similar, en términos geoeconómicos, a la que tiene Canadá al norte. Hoy, geoeconomicamente, México es un Canadá, sólo que más pobre.
Al NAFTA se ha sumado este año la aprobación del acuerdo de libre comercio con los países centroamericanos, más la República Dominicana. Este doble hecho, sumado al cambio cualitativo impuesto por el 11/9, ha convertido a América Latina del Norte en parte integral, no sólo de la economía norteamericana, sino de su espacio de seguridad.
En América del Sur hay también una creciente diferenciación entre el arco andino y los países del Cono Sur; sólo en el primero hay intereses estratégicos de EEUU, y reflejan su nueva estructura de prioridades globales.
Hoy EEUU se vincula con el mundo, con todas sus regiones al mismo tiempo, primordialmente en el plano de la seguridad, y solo accesoriamente en la dimensión económica. Es lo contrario de lo que sucedió en la década de los 90 entre Washington y la región sudamericana, cuando el vínculo central era económico, y accesoria la seguridad.
Esto es lo que convierte a América del Sur en una región de características singulares en la política mundial. Es la única región del mundo que tiene hoy una situación no hegemónica. En la década del 80, Raymond Aron señaló que Atlántico Sur/Malvinas era el “agujero negro” de la política mundial: un espacio en el que los conflictos no surgían de ninguna dimensión global sino sólo raíces internas; y por eso, absorbía energía en vez de propalarla. Algo semejante ocurre hoy en América del Sur.
La tendencia mundial en materia de conflicto es hoy hacia la disminución de las guerras entre estados, mientras se multiplican y intensifican las guerras intraestatales. América del Sur participa de la tendencia mundial, con una especial predisposición a evitar los conflictos entre Estados. Eso la convierte en el área mas desmilitarizada del mundo actual; y es también la principal causa de su irrelevancia estratégica en el escenario mundial post 11/9.
Aron advirtió en el final de su vida que la teoría estratégica se centraba cada menos en el conflicto, y sobre todo en sus aspectos militares, para fijarse en una etapa previa y más decisiva: el estudio sistemático de las crisis, sobre todo de orden político. La estrategia se transformó en una teoría de la crisis. América del Sur no ofrece hoy amenazas terroristas significativas, ni tampoco hay armas de destrucción masiva; y si bien alguno de sus Estados ofrecen signos de descomposición, ninguno se aproxima a la categoría de Rogue State (“canalla”).
Pero América del Sur es recorrida por un hilo rojo de crisis de gobernabilidad; esto es, de la imposibilidad de ejercer de manera sistemática el poder político de orden democrático, sobre todo, en situaciones de crisis.
Desde 1989 hasta la renuencia este año de Carlos Mesa en Bolivia, son 13 los presidentes constitucionales sudamericanos que han tenido que renunciar anticipadamente al enfrentar crisis de gobernabilidad. El numero de presidentes sudamericanos que renunció anticipadamente es tan grande que la regla se ha invertido; no es ahora que los presidentes renuncien por excepción antes crisis de gobernabilidad, sino que, salvo excepción, los presidentes constitucionales de la región tienden a renunciar anticipadamente; con tres excepciones: Chile, Colombia y Uruguay.
La seguridad se ha convertido en la prioridad para EEUU en todas las regiones del mundo. En ella, la “Estrategia de Seguridad Nacional” de septiembre del 2002 solo reconoce a cuatro países latinoamericanos como socios y aliados: México, Brasil, Colombia y Chile. Nada mas.
Por eso es que EEUU les reclama muy poco a los países de América del Sur; y lo poco que les exige se reduce a temas de seguridad.
El Senado norteamericano prevé un ataque terrorista de carácter catastrófico contra EEUU. La Comisión de Relaciones Exteriores estimó este año que hay un 70% de probabilidades de que EEUU sea objeto de una ataque terrorista de carácter catastrófico dentro de los próximos 10 años. Esas probabilidades alcanzarán 50% en 5 años. Esta percepción que ha llevado a la reformulación de la estrategia militar de EEUU en el mundo. En una doble dimensión; en primer lugar, la conclusión básica que extrajo del 11/9 en adelante es que no puede garantizar su seguridad interior mas que estableciendo en el mundo un sistema de seguridad global fundado en sus valores e intereses.
Pero, al mismo tiempo, modifica su dispositivo militar. En la nueva Revisión Quadriannual hay una modificación de carácter fundamental. Hasta ahora, las fuerzas estadounidenses se preparaban para enfrentar dos guerras convencionales en el exterior al mismo tiempo; hoy en cambio, se dispone a enfrentar una sola campaña en el exterior, mientras dedica el resto de sus recursos a la defensa de su territorio y los esfuerzos antiterroristas globales. El resto del mundo pasa a un segundo plano, y en este conjunto sumergido en la “no prioridad”, América del Sur es la última región en orden de relevancia. Esta situación se acentuará en los próximos años.
¿Y la existencia de una “base militar” en el Paraguay no resulta incongruente con este repliegue estratégico? En Asunción hay obvio interés por establecer el máximo de vínculos con EEUU en el terreno militar, y abrir paso a una negociación bilateral de libre comercio. El inconveniente es que la reciproca no revela la misma intensidad.
Publicado en el diario PERFIL el 16/10/2005
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Jorge Castro , 17/10/2005 |
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