El auge industrial chino impulsa el superciclo de commodities.

 


La irrupción de China en la economía mundial modificó en sus raíces la naturaleza del mercado global de commodities. China se ha convertido en el principal demandante de commodities del mundo contemporáneo. Es el mayor consumidor en cuatro de los cinco principales productos primarios de la economía mundial.
La República Popular es el primer consumidor de granos, carne, carbón y acero, y pierde frente a EEUU sólo en el petróleo. En el año 2004, China consumió 64 millones de toneladas de carne, EEUU 38 millones. El consumo chino de acero es más del doble que el de EEUU: 258 millones de toneladas contra 104 millones en el 2003.

Aunque el consumo estadounidense de petróleo triplica el chino -20.4 millones de barriles diarios vs. 6.5 millones en el 2004-, el consumo en China se ha duplicado en tres años y la demanda crece allí por encima del 9% anual, mientras que en EEUU lo hace a una tasa del 4% en el año.

El carácter crucial de la participación de China en el mercado mundial de commodities también se manifiesta en el hecho de que la velocidad del incremento de su consumo supera ampliamente al resto del mundo. Entre 1990 y 2003, el auge del consumo mundial de petróleo fue del 13%, en China del 81%; el de acero inoxidable creció en el mundo 48%, en China 806%; el del cobre global aumentó 39%, en China 423%; el incremento del cemento en el mundo fue 52%, en China 227%. Esto ocurre en una economía que tiene una dimensión 10 veces menor, en términos corrientes, que la norteamericana (China: 1.4 billones de dólares de PBI, y EEUU: 11.4 billones).

La segunda modificación que ha experimentado el mercado mundial de commodities, es que la demanda de la totalidad de los productos primarios crece al mismo tiempo. Hasta ahora, en la historia del capitalismo, desde la Revolución Industrial en adelante, cuando crecía la demanda de los commodities agrícolas caía la de los minerales y energéticos; y así sucesivamente en orden inverso.

El mercado mundial de commodities, desde la Segunda Guerra Mundial en adelante, estuvo directamente vinculado al ciclo norteamericano. Cuando la economía norteamericana experimentaba una fase de expansión, también crecía la demanda de commodities y consiguientemente sus precios. Pero, cuando la economía estadounidense entraba en recesión se desplomaban los precios y también la demanda mundial de commodities.

Las recesiones en EEUU, desde 1945 en adelante, estuvieron siempre precedidas por la elevación sistemática de la tasa de interés a corto plazo realizada por la Reserva Federal para prevenir o frenar la inflación. Uno de los principales componentes de la inflación, en la perspectiva de la Reserva Federal, era precisamente el hecho de que el precio de los commodities aumentaba sostenidamente; cuando esto sucedía, la Reserva Federal incrementaba la tasa de interés real para combatir la inflación anunciada por el aumento del precio de los commodities; al hacerlo, sumergía a los EEUU en la recesión y, en consecuencia, caía la demanda global de commodities y también, por consiguiente, sus precios.

Es esta lógica o “modelo” lo que ha cambiado en sus raíces con la irrupción de China en la economía mundial. El mercado mundial de commodities ha dejado de estar vinculado en forma directa al ciclo norteamericano; ahora lo está a China y al Asia- Pacífico, y esto es lo que ha modificado su naturaleza.

La demanda china de commodities va muy por encima, incluso, del crecimiento de su PBI. En China tiene lugar un proceso de desarrollo industrial en gran escala que es, probablemente la revolución industrial más importante ocurrida en el mundo desde que surgió en Gran Bretaña en 1780; y esta revolución industrial va acompañada de un gigantesco proceso de urbanización y desarrollo de la infraestructura, que consumen, todos ellos, commodities en gran escala. Al mismo tiempo, y por el contrario, EEUU se ha convertido en una “economía de la información”, la primera y más avanzada del mundo, que utiliza por unidad de producto significativamente menos materias primas y menos fuerza de trabajo que su predecesora, la economía industrial. Esta “economía de la información” ha convertido a la producción en los EEUU en una tarea mucho más liviana que la que históricamente tenía lugar en etapas más tempranas donde aún tenía plena vigencia el proceso industrial.

El crecimiento del mercado mundial de commodities ya no depende de los ciclos de la economía norteamericana, sino de la demanda china-asiática; y su característica esencial es que el alto nivel de demanda actual de los commodities está vinculado, de manera estructural, al desarrollo industrial chino. Es una función de su excepcional crecimiento.

La economía mundial, en esta etapa de la globalización, recorre así un circuito estructuralmente integrado por el salto tecnológico en EEUU, que ha creado las bases y el fundamento de una “economía de la información” más liviana y que utiliza menos materias primas por unidad de producto. Luego, por la revolución industrial y urbanística en China que se vincula directamente con el mercado mundial commodities, a través de un proceso de crecimiento, donde la industria crece al 16% anual, mientras que el conjunto de la economía lo hace al 9,5% en el año. El desarrollo industrial chino, en síntesis, es el sustento de una creciente demanda mundial de commodities de carácter ascendente y de largo plazo. El superciclo actual de los commodites no es más que una consecuencia o “función” del desarrollo industrial chino.

*Presidente Instituto de Planeamiento Estratégico

Artículo Cronista 3-10-05
Jorge Castro , 14/10/2005

 

 

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