El futuro de la provisión de energía en Argentina se muestra plagado por muchas señales de incertidumbre. Algunas de ellas tienen origen en nuestro país y otras responden a escenarios globales. Vale la pena, entonces, conocer las estimaciones y escenarios sobre este insustituible motor del crecimiento económico que realizó el Consejo Nacional de Inteligencia (*) de los Estados Unidos en su reciente trabajo Mapping the Global Future, que trata de establecer la situación probable en el año 2020. |
Las demandas crecientes de energía que se acumularán hasta el 2020, especialmente por parte de las potencias emergentes, tendrán impactos sustanciales en las relaciones geopolíticas. El factor más importante que afectará la demanda de energía será el crecimiento económico global, particularmente el de China e India.
• A pesar de la tendencia hacia un uso más eficiente de la energía, la energía total consumida probablemente aumentará alrededor del 50 por ciento en las próximas dos décadas, comparada con el 34 por ciento de expansión que tuvo entre 1980 y 2000, con una participación creciente provista por el petróleo.
• Las fuentes de energía renovables, tales como el hidrógeno, la solar y la eólica, probablemente sumarán sólo aproximadamente el 8 por ciento de la oferta de energía en 2020. Mientras que Rusia, China e India planean la expansión de su sector de energía nuclear, éste probablemente declinará globalmente en términos absolutos en la próxima década.
La Agencia Internacional de Energía estima que, con una inversión sustancial en nueva capacidad, el conjunto de las fuentes de energía será suficiente para enfrentar la creciente demanda global. La continuación del acceso limitado de las compañías internacionales de petróleo a los mayores campos puede, sin embargo, frenar esta inversión, y muchas de las áreas que están siendo contempladas para proveer un aumento de su producción – el Mar Caspio, Venezuela, África Occidental y el Mar de China del Sur – involucran un sustancial riesgo político o económico. Los proveedores tradicionales de Medio Oriente también son crecientemente inestables. Esta aguda competencia por los recursos sostenida por la demanda, quizás acompañada por una interrupción importante de la provisión de petróleo, está entre las incertidumbres claves.
China e India, las cuales carecen de fuentes propias adecuadas de energía adecuadas, tendrán que asegurar su acceso continuado a los proveedores externos; así, la necesidad de energía será un factor mayor en la configuración de sus políticas externa y de defensa, incluyendo la expansión de su fuerza naval.
• Los expertos creen que China necesitará aumentar su consumo de energía alrededor de 150 por ciento y la India necesitará cerca del doble de su actual consumo en 2020 para mantener estable su tasa de crecimiento económico.
• Los crecientes requerimientos de energía de Beijing probablemente moverán a China a un rol activista en el mundo – en Medio Oriente, África, Latinoamérica y Eurasia. Tratando de maximizar y diversificar sus proveedores de energía, China está preocupada por ser vulnerable a la presión de los Estados Unidos, a quien los funcionarios chinos ven con una política activa de energía que puede ser usada contra Beijing.
• Durante más de diez años los funcionarios chinos han afirmado abiertamente que la producción de las inversiones de firmas chinas en el exterior es más segura que las importaciones adquiridas en el mercado internacional. Las empresas chinas están siendo dirigidas a invertir en proyectos en la región caspiana, Rusia, Medio Oriente y Sudamérica con el objetivo de asegurar un acceso más confiable.
Las necesidades de energía de Europa es improbable que crezcan en la misma dimensión que las de los países en vías de desarrollo, en parte por causa del bajo crecimiento económico previsto para Europa y por un uso más eficiente de la energía.
La creciente preferencia de Europa por el gas natural, combinada con el agotamiento de las reservas en el Mar del Norte, darán un impulso adicional a los esfuerzos políticos ya en marcha para fortalecer los vínculos con Rusia y África del Norte, ya que el gas requiere un nivel más alto de compromiso político de ambas partes para el diseño y la construcción de la infraestructura necesaria. De acuerdo con un estudio de la Comisión Europea, la participación de las fuentes externas en la energía de la Unión crecerá de aproximadamente la mitad en 2000 a los dos tercios en 2020. El uso del gas aumentará más rápidamente debido a las preocupaciones ambientales y a la discontinuación de mucha de la capacidad de energía nuclear de la UE.
Los despachos por los gasoductos Yamal-Europa y Blue Stream ayudarán a Rusia a incrementar sus ventas de gas a la UE y Turquía en más del 40 por ciento sobre los niveles de 2000 en la primera década del siglo XXI; como resultado, la participación de Rusia en la demanda total europea crecerá del 27 por ciento en 2000 al 31 por ciento en 2010. Además, Rusia – como el mayor proveedor de energía extra OPEP – estará bien posicionada para disponer de sus reservas de petróleo y gas como apoyo de sus políticas doméstica y externa. Argelia posee la octava reserva de gas del mundo y también está buscando aumentar sus exportaciones a Europa el 50 por ciento para finales de esta década.
La geopolítica del gas
Tanto los proveedores de petróleo como los de gas tendrán más influencia que hoy, pero la relación entre los proveedores de gas y sus consumidores probablemente será particularmente fuerte por causa de las restricciones en los mecanismos de despacho. El gas, a diferencia del petróleo, no es todavía una fuente fungible de energía, y la interdependencia de la entrega por gasoductos – los productores deben estar conectados a los consumidores, y generalmente ni uno ni otro grupo tiene numerosas alternativas – refuerza las alianzas regionales.
• Más del 95 por ciento del gas producido y tres cuartos del gas comercializado es distribuido vía gasoductos directamente del proveedor al consumidor, y la tecnología de gas líquido no es probable que cambie sustancialmente estas relaciones para 2020.
• Europa tendrá acceso a proveedores en Rusia y África del Norte, mientras China estará en capacidad de requerirlo de Rusia oriental, Indonesia y potencialmente los extensos depósitos de Australia. Los Estados Unidos apuntarán casi exclusivamente a Canadá y otros proveedores del hemisferio occidental.
(*) El Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos – National Intelligence Council (NIC) – es el centro de pensamiento estratégico a mediano y largo plazo de la comunidad de inteligencia de esa nación. Establecido con ese nombre desde 1979, este tipo de tarea fue realizada bajo distintas denominaciones desde 1946 en el Central Intelligence Goup, el predecesor inmediato de la CIA, fundada un año después. Mapping the Global Future es el tercer informe no clasificado preparado por el NIC en los últimos siete años, para tomar una visión a largo plazo – 2020 – del futuro. La metodología incluyó la consulta de expertos en todo el mundo, a través de una serie de conferencias regionales en cinco continentes. La correspondiente a América Latina se realizó en Santiago de Chile, el 7 y 8 de junio de 2004.
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Traducción Luis Candurra , 30/06/2005 |
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