El déficit de cuenta corriente de EEUU surge de la globalización financiera.

 


La clave de lo que está ocurriendo en esta nueva estructura de globalización norteamericana-asiática, es el aumento extraordinario de la productividad de los EEUU que eleva las tasas reales de retorno para cualquier inversión realizada en la economía estadounidense.
Por Jorge Castro*

Y ese aumento de la productividad (más del 4% anual promedio acumulativo en los últimos tres años, el nivel más elevado desde 1948) revela la conversión de EEUU en una economía de la información, y el surgimiento concomitante de una nueva estructura tecnológica global que funciona en tiempo real a escala mundial.

El déficit comercial norteamericano alcanzó durante el mes de febrero de este año los 61.040 millones de dólares, superando significativamente lo previsto por especialistas y centros de investigación que habían pronosticado una cifra de 59.000 millones de dólares para ese mes. La brecha comercial se amplió, de esta manera, 4,3% frente a la de enero, a pesar de un leve incremento en las exportaciones que alcanzaron una cifra récord de 100.500 millones de dólares en ese período.

Asimismo, el déficit presupuestario de Estados Unidos se redujo en marzo, al crecer más la recaudación que los gastos. El Departamento del Tesoro señaló la existencia de una brecha fiscal de 71.230 millones de dólares en marzo por debajo del récord de 113.940 millones de dólares de febrero. El déficit acumulado del año fiscal 2005 fue de 294.650 millones de dólares, una caída significativa frente al acumulado de 301.400 millones de dólares en los primeros seis meses del año fiscal 2004, que terminó el 30 de septiembre.

En suma, aumenta el nivel de capitales que recibe Estados Unidos del resto del mundo. Los flujos netos de capital hacia activos estadounidenses alcanzaron en febrero de este año los 84.500 millones de dólares, compensando holgadamente el déficit comercial mensual récord de 61.040 millones de dólares en febrero. Se había previsto que el flujo hacia activos estadounidenses alcanzaría a lo sumo a los 65.000 millones de dólares y Estados Unidos recibió así 15.000 millones de dólares más. De esta forma, las compras privadas por parte de extranjeros de títulos del Tesoro norteamericano aumentaron a 31.200 millones de dólares en el mes, el nivel más alto en los últimos dos años; todas las compras extranjeras de bonos y papeles del Tesoro, incluyendo las realizadas por parte de bancos centrales, sobre todo del Asia-Pacífico, aumentaron a 42.500 millones de dólares, el máximo nivel desde junio del año pasado.

Las cifras anteriores indican que mientras el valor del dólar ha caído un promedio del 30% en los últimos tres años en relación a las monedas de los países con los que EEUU compite comercialmente, el déficit comercial norteamericano en vez de disminuir aumenta. Entre 1996 y 2003, el déficit de cuenta corriente de los EEUU aumentó 410.000 millones de dólares, esto es, creció en promedio 140.000 millones por año. Sin embargo, el déficit comercial y de cuenta corriente norteamericano estadounidense también crecía en la etapa en que el dólar se apreciaba. Cuando el valor del dólar se valorizó más del 40% entre 1995 y el 2002, el déficit de cuenta corriente se multiplicó por cuatro.

No es el valor del dólar, en definitiva, el elemento que determina la magnitud, en un sentido u otro, del déficit de cuenta corriente de los EEUU. El elemento determinante es la composición, crecimiento y dirección de las corrientes mundiales de capital. No es el nivel del déficit de cuenta corriente lo que determina el flujo de capitales internacionales, sino al contrario, el flujo de capitales internacionales el que determina la magnitud y características del estado de las cuentas corrientes de los distintos países del mundo, ante todo de los EEUU.

Según un informe publicado por McKinsey Global Institute en febrero del 2005, el stock financiero global alcanza en la actualidad a 118 trillones de dólares y excederá los 200 trillones hacia el 2010. El stock financiero global ha avanzado más rápidamente que el PBI mundial, indicando que los mercados financieros han adquirido mayor liquidez y extensión. El valor total del stock financiero global (depósitos bancarios, bonos del gobierno y de empresas privadas y acciones) era de 53 trillones en 1993 y de 12 trillones en 1980. Un dato clave para medir el desarrollo del mercado global de capitales es su profundidad, es decir, la ratio entre el stock financiero global medido en términos del producto bruto global. En los últimos 20 años, la profundidad del mercado global de capitales se ha triplicado: el stock financiero global representa ahora el triple del PBI mundial, mientras que en 1980 era del mismo tamaño.

EEUU no sólo crece significativamente por encima de Europa y Japón, sino que todo permite prever que continuará haciéndolo en los próximos años. Al mismo tiempo, el otro centro de crecimiento mundial se encuentra en Asia, especialmente en China y en la India. Por eso es que el flujo de capitales mundiales se dirige hacia los EEUU y hacia el Asia-Pacífico. En otros términos, el déficit de cuenta corriente norteamericano, que este año es superior al 5% del PBI, tiene características esencialmente irreversibles y es un piso estructural de la globalización en las próximas décadas.

La clave de lo que está ocurriendo en esta nueva estructura de globalización norteamericana-asiática, ante todo financiera, es el aumento extraordinario de la productividad de los EEUU que eleva las tasas reales de retorno para cualquier inversión realizada en dólares en la economía estadounidense. Y ese aumento de la productividad (más del 4% anual promedio acumulativo en los últimos tres años, el nivel más elevado desde 1948) revela la conversión de EEUU en una economía de la información, y el surgimiento concomitante de una nueva estructura tecnológica global que funciona en tiempo real a escala mundial.

Schumpeter sostiene que el capitalismo es un sistema intrínsecamente desequilibrado que avanza entre crisis y crisis, y a través de ellas, mediante profundas y irreversibles revoluciones tecnológicas.

*Presidente. Instituto de Planeamiento Estratégico.

Artículo publicado en EL CRONISTA el 27 de mayo del 2005
Jorge Castro , 08/06/2005

 

 

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