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LAS PRINCIPALES TENDENCIAS DE LA ECONOMÍA MUNDIAL . |
Reportaje a Jorge Castro publicado en el diario "EL PAÍS" de Montevideo el pasado jueves 5 de febrero. |
A su juicio, ¿cuál fue el fenómeno económico más trascendente del año 2003?
-Sin duda fue la recuperación del crecimiento de la economía mundial al doble impulso de la reactivación de la economía de los Estados Unidos y el incremento del comercio exterior chino y, por tanto, la ampliación de la demanda mundial. El punto central se registró en el tercer trimestre del año pasado, al incrementarse el PIB estadounidense en un 8.2% anual -la mayor tasa de expansión desde 1984, que a su vez duplicó la cifra de 3.3% registrada en el segundo trimestre de 2003-, sustentado en un crecimiento extraordinario de la productividad de ese país, del orden de 9.4%, que fue el nivel más alto alcanzado desde la Segunda Guerra Mundial. La consecuencia de este aumento de la productividad fue un crecimiento espectacular de la rentabilidad empresaria, que aumentó un 15% con respecto al período abril-junio de 2003.
En ese mismo tercer trimestre, la economía china se expandió a una tasa del 9.2% anual, según datos oficiales, aunque los bancos internacionales sostienen que las cifras reales de expansión serían entre 12% y 14% anual, que es su mayor tasa de crecimiento económico de los últimos veinticinco años. El dato más relevante de lo que ocurre en China con esta expansión extraordinaria de la economía no está, en términos mundiales, en la simple tasa de crecimiento, sino en lo que sucede con su comercio internacional. Por ejemplo, las exportaciones chinas están creciendo a una tasa del 30% anual, mientras que el comercio mundial registra un incremento del orden del 3%.
-¿A qué obedecen esos dos fenómenos: la recuperación económica de Estados Unidos y la expansión comercial de China?
-Existe un proceso de integración acelerada entre la economía norteamericana y la economía asiática, en particular la de China. Lo que parecería haber ocurrido en Estados Unidos es esencialmente un aumento estructural de la productividad de características excepcionales, al completarse el proceso de doble y mutua absorción entre la nueva economía de la información fundada en las telecomunicaciones y la informática y la economía industrial y de servicios. El resultado ha sido un incremento de la productividad en la totalidad del sistema de características excepcionales. El año pasado, por primera vez en la historia del capitalismo norteamericano, el incremento en la productividad fue mayor en el sector servicios -que representa el 80% del PIB de Estados Unidos- que en la industria, el agro y la minería. Esto se explica por qué el procesamiento de la tecnología de la información ha sido absorbido por los servicios después de un período de aprendizaje y traslado al conjunto del sistema, que insumió más de veinte años.
-Además de ser el resultado de una serie reformas y una apertura económica que se han venido procesando durante más de veinte años, ¿a qué se debe ese crecimiento formidable de la economía china?
-Es debido al incremento de su comercio internacional, tanto de las exportaciones como de las importaciones, que a su vez es el resultado del aumento de la inversión extranjera directa (IED). La vinculación entre las IEDs de las empresas transnacionales y el aumento extraordinario del comercio chino está manifestada de manera directa por el hecho de que el 50% de las exportaciones chinas corresponde a empresas transnacionales que se han radicado en ese país.
El segundo dato estructural de relevancia sobre dicho comercio consiste en que las importaciones están creciendo más aceleradamente que las exportaciones. Las primeras aumentan a una tasa del 40% anual, mientras que las segundas lo hacen a un ritmo del 30% anual. Además, este país, cuyo comercio internacional se acerca a los U$S 800.000 millones anualmente, tiene un leve superávit comercial global del orden de los U$S 46.000-50.000 millones. Si se desglosa esta cifra, aparece que el comercio de China es deficitario con todos los países de la región asiática (Japón, Corea del Sur, Taiwán, Malasia, Indonesia y Hong Kong (si se considera a este último como un país independiente desde el punto de vista económico siguiendo el criterio de los organismos internacionales). Pero tiene un gigantesco superávit comercial con Estados Unidos, que lo convierte en el principal proveedor del mercado norteamericano, ocupando el lugar que tuvo Japón en la segunda mitad del siglo XX. Más del 20% del déficit comercial estadounidense de 2003, que ascendió a unos U$S 530.000 millones, se generó por las exportaciones procedentes de China.
Estos resultados del comercio exterior de China revelan el cambio estructural que está experimentando no sólo la economía china sino también el propio proceso de globalización a comienzos del nuevo siglo. Todo esto ocurre cuando recién se acaban de cumplir dos años del ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Desde entonces, China ha empezado a incrementar muy fuertemente sus vínculos económicos con todos los países emergentes del Asia Pacífico, una región que en su conjunto constituye, por lejos, la zona de mayor crecimiento económico mundial de la era de la globalización.
-¿Puede considerarse a China como una potencia económica mundial?
-Por ahora está a la cabeza de los países emergentes, mientras participa en un proceso de integración acelerada con sus vecinos de la región Asia/Pacífico, especialmente con Japón pero también con Corea del Sur y Taiwán, que están trasladado gran parte de su industria a la República Popular China, desde donde producen y ensamblan bienes de toda la región que exportan al resto del mundo, sobre todo a Estado Unidos.
El crecimiento del comercio exterior chino tiene un efecto inmediato en la expansión del mercado mundial. Esto se refleja en los precios internacionales de los commodities, que por primera vez en la historia del capitalismo están subiendo todos al mismo tiempo. Las cotizaciones de los energéticos (petróleo y gas), los agrícolas -el precio de la soja, por ejemplo- y los minerales (cobre, hierro, cinc, etc.) han alcanzado niveles sin precedentes debido a la gran demanda asiática y, en particular de China.
En términos de PIB nominal, la economía de la República Popular China es de US$ 1.4 billones, lo que equivale a la onceava parte de la economía de Estados Unidos. Sin embargo, en el año 2003 la economía china importó tantos commodities como la estadounidense -en el momento que esta última se expandía a la tasa más alta de los últimos veinte años-, debido a que el país asiático está realizando un proceso de revolución industrial, es decir un consumo a gran escala de commodities, mientras que Estados Unidos se ha transformado en una nueva economía de la información, que importa cada vez más productos industriales, sobre todo en el sector de la alta tecnología, y menos materias primas.
-¿Ha quedado Japón relegado a un segundo lugar como potencia económica de la región Asia/Pacífico?
-En términos nominales, el PIB de Japón representa la mitad del producto estadounidense aproximadamente y tres veces y media más que el de China. Sin embargo, el PIB chino, medido en términos de capacidad de compra doméstica, ya es superior al de Japón, que es la segunda economía del mundo y compite con Estados Unidos en lo que se refiere al nivel de desarrollo científico y tecnológico, especialmente en la industria automovilística y electrónica. Lo que ocurre es que Japón ha vivido una situación de depresión económica estructural en los últimos catorce años, que se vio agravada por la aparición del fenómeno deflacionario a partir de 1998, en el cual los precios han tenido un ritmo descendente del 2% anual, en promedio. La novedad del año 2003 es la recuperación del crecimiento japonés.
-¿Está en vías de finalizar la deflación en la economía japonesa?
-Actualmente hay síntomas cada vez más claros de que el proceso deflacionario se ha debilitado e incluso de que se ha terminado. La razón estaría en que la base monetaria japonesa prácticamente se ha duplicado en el último año, porque el Banco Central de Japón está comprando dólares en forma creciente a efectos de evitar el fortalecimiento del yen. En 2003 compró U$S 140.000 millones en bonos del Tesoro norteamericano, mientras que el año anterior había adquirido U$S 65.000 millones. Sin embargo, su contrapartida que es la emisión de yenes no ha sido acompañada por una colocación sistemática de títulos de deuda del gobierno japonés destinada a esterilizarla. Por eso las reservas internacionales de Japón alcanzaron en octubre los U$S 644.000 millones y ocupan el primer lugar en el mundo en los últimos cuatro años.
-¿Existen posibilidades de que la economía japonesa inicie un nuevo ciclo de expansión económica sostenida?
De hecho ya lo ha comenzado. Son ya ocho trimestres consecutivos de crecimiento de su actividad económica y, según la OCDE, alcanzó los 2.7% en 2003, tras dos años de estancamiento sucesivos. Este cambio en la tendencia está vinculado directamente con el aumento de sus exportaciones a China, incluido Hong Kong, que es el mayor mercado para las exportaciones japonesas, por encima de Estados Unidos. A su vez, esta expansión comercial es el resultado de la transnacionalización de la industria japonesa, que implica el éxodo masivo de las empresas niponas a China. Producen allí y reexportan sus productos al mundo, sobre todo a Estados Unidos. El crecimiento de las exportaciones de Japón incluye un cambio en su naturaleza: mientras que en 1995 las exportaciones de bienes de capital e intermedios representaban el 22% del total, la cifra se elevó al 39% en 2002. Japón vuelve al primer plano de la economía mundial a través de China.
-¿Qué relación existe entre los conceptos de transnacionalizacion y globalización?
-La transnacionalización productiva es una de las dimensiones de la globalización, pero estos términos no son sinónimos. El primero es la acción de las empresas transnacionales que a través de la inversión extranjera directa trasladan sus líneas de producción al resto del mundo, especialmente a los países emergentes, buscando obtener ventajas comparativas en lo que se refiere a la estructura de costos, sobre todo laborales. El resultado de esta práctica es que hay un proceso creciente de industrialización de los países emergentes mediante la inversión directa de las empresas transnacionales, como está ocurriendo en forma acelerada con firmas instaladas en Japón, Taiwán y Corea del Sur que mudan sus fábricas a China.
-¿Qué factores están acelerando el proceso de integración mundial que impulsa la actual globalización?
-Hay tres factores que están jugando rol preponderante. Por un lado, está el crecimiento de la economía de Estados Unidos fundado en el aumento extraordinario de la productividad. Por otro, el aumento espectacular de la demanda mundial a partir del ingreso de China Popular en la OMC. El tercero es la integración económica creciente entre Estados Unidos y la región Asia/Pacífico como resultado del aumento del incremento de la inversión extranjera directa.
-En la medida que el nivel de actividad de la Cuenca del Pacífico supere a la del Atlántico Norte, ¿qué reacción, en términos económicos, se puede esperar de la Unión Europea?
-Es evidente que Europa está quedando retrasada ante el cambio del proceso de acumulación del sistema capitalista que ha tenido lugar y que se revela con creciente claridad y celeridad, por un lado, a través del cruce y la integración entre la producción industrial en Asia/Pacífico y, por otro, con la conversión de Estados Unidos en una nueva economía de la información.
Esto retraso se da no sólo en términos de crecimiento económico -prácticamente la década de los noventa significó un estancamiento para la economía europea- sino muy especialmente por el hecho de que a partir de 1995, mientras que la economía estadounidense muestra un incremento incesante de la productividad, la economía de la Unión Europea exhibe un retroceso constante en ese aspecto.
A esto hay que sumarle el problema demográfico del viejo continente ya que su población tiende a disminuir en términos absolutos, en tanto aumenta de manera progresiva su nivel de envejecimiento. Precisamente por esa razón es que casi la totalidad de los países europeos se aprestan a intentar reformas de carácter estructural destinadas a revertir la tendencia al estancamiento económico y a la caída de la productividad. Eso ha hecho que, por ejemplo, el gobierno socialdemócrata del canciller Schroeder en Alemania aprobase las reformas del régimen laboral y de la seguridad social y que el gobierno del presidente Chirac en Francia emprendiese una tarea similar.
En definitiva, la Unión Europea comienza a profundizar las reformas estructurales a efectos de recuperar la tasa de crecimiento alta y sostenida que tuvo en la etapa previa a la globalización y de acompañarla con un aumento sustancial de la productividad, como única forma de revertir la tendencia a su creciente marginación en el proceso globalizador.
-¿Cómo está el fenómeno de la globalización modificando el poderío económico de los distintos países y regiones del mundo?
-La inversión extranjera directa (IED), que es la forma de acción principal de las empresas transnacionales y que constituye el núcleo de la transnacionalización productiva de la que hablábamos, constituye un elemento fundamental del proceso de globalización . La IED incluso viene aumentando anualmente a una tasa mayor que el comercio internacional. Durante muchos años, el primer emisor y también el primer receptor de las IEDs fue Estados Unidos, siendo China el segundo gran receptor mundial. En vista de ello, se puede afirmar que ha habido dos grandes "ganadores" del proceso de globalización de la economía mundial. Uno es, notoriamente, Estados Unidos, donde surge la globalización impulsada por la revolución tecnológica, pudiéndose afirmar que el proceso globalizador es esencialmente un fenómeno norteamericano así como la revolución industrial entre 1780-1820 fue en gran parte un fenómeno británico. El otro "ganador" es la República Popular China, que el año pasado atrajo más IED que Estados Unidos y la previsión es que esa diferencia se amplíe en 2004.
-¿Cómo ha evolucionado el flujo de la inversión extranjera directa (IED) hasta llegar a la actual inversión del orden en cuanto al principal receptor de la misma?
-A principios de la década de los noventa, el fenómeno de internacionalización de los mercados financieros, que caracterizó a la década de los ochenta, comenzó a reproducirse a nivel de los emprendimientos productivos. Hasta esa época, la casi totalidad de las inversiones extranjeras directas se concentraba en los países del mundo desarrollado: Estados Unidos, Europa Occidental y Japón. A partir de entonces, empieza a registrarse un paulatino desplazamiento, creciendo el porcentaje de las IEDs que se dirigen hacia los países del mundo emergente, en particular en el sudeste asiático y también, aunque en menor proporción, a América Latina.
-¿Hasta qué punto la globalización ha beneficiado a las economías emergentes?
-Un criterio manejable para clasificar a un país dentro del grupo de los emergentes es su potencial de crecimiento económico y su especial capacidad de atracción de inversión extranjera directa (IED). Se puede decir que las economías emergentes son unos veintiocho países que pertenecían al antiguo Tercer Mundo. En mayo próximo un tercio de esos países emergentes dejará de serlo. Son ocho naciones de Europa Oriental, entre ellas Polonia, República Checa, Hungría y Eslovenia, que pasan a integrar la Unión Europea. En el 2007, lo mismo ocurrirá con las otras dos que formaban parte del antiguo bloque comunista. Las economías emergentes de América Latina son Argentina, Brasil, Chile y México. A estas deben agregarse los países de la región Asia/Pacífico encabezados por China e India. (NOTA: Uruguay no puede clasificarse como una economía emergente dado que el monto de su IED es muy bajo. Según el BCU, ésta fue de U$S 273 millones en el año 2000, U$S 320 millones en 2001 y U$S 177 millones en 2002.)
-¿Son los países latinoamericanos los "perdedores" de la era de la globalización?
-Si bien hay actualmente un flujo importante de capitales hacia los países emergentes de América Latina debido al bajo nivel de las tasas de interés en Estados Unidos y Europa, el monto de la IED ha disminuido en forma sustancial en la región. Este hecho está vinculado claramente con lo que sucede en los países de Asia/Pacífico e India, que están atrayendo la masa de la IED mundial. Incluso los países latinoamericanos emergentes se encuentran ante una creciente dificultad para competir con los países asiáticos -China en primer lugar- en materia de IED.
-¿Qué rol cumplen las economías latinoamericanas en el acelerado proceso de globalización?
-Es probable que el año pasado haya ocurrido un punto de inflexión en esa aceleración globalizadora con una nueva forma de acumulación vinculada a la integración creciente entre Estados Unidos y la ampliación del mercado mundial que ha significado la incorporación de China a la OMC. Esto implica nuevas condiciones de competitividad para los países emergentes de América Latina que exportan productos industrializados. Por ejemplo, México está perdiendo posiciones en el mercado estadounidense frente a las exportaciones industriales chinas y algo semejante le ocurre a las exportaciones industriales de Brasil en diferentes mercados. Lo contrario ocurre con los grandes exportadores de commodities que se ven ampliamente beneficiados.
-¿No provoca la globalización un ensanche de la brecha entre las economías más avanzadas y las más retrasadas?
Al contrario, las diferencias entre los países más desarrollados y los emergentes tienden a achicarse paulatinamente y, entre estos últimos, quienes más crecen son los que más activamente se vinculan al sistema económico global. Los indicadores económicos corroboran la existencia de una tendencia estructural de largo plazo. A lo largo de toda la década de los noventa, el producto bruto mundial creció a un ritmo del 3.5 % anual. En ese mismo período, los países altamente desarrollados lo hicieron a un promedio anual del 2.4 %, mientras que los países emergentes, en cambio, crecieron a un ritmo del 5.4% anual, una cifra que más que duplica el ritmo de crecimiento de las naciones económicamente más adelantadas.
Dentro de ese comportamiento general, hubo empero una marcada heterogeneidad. En ese lapso, los países emergentes del continente asiático crecieron a un ritmo extremadamente acelerado de aproximadamente 7.5 % anual. La contracara del éxito del Asia/Pacífico fue Africa, un continente sumido en el estancamiento. El punto intermedio entre ambas performances fue América Latina.
-¿Cuál es la solución para la inserción de América Latina en la sociedad mundial?
-Los dos vértices del proceso de integración mundial del capitalismo en esta nueva fase de la acumulación están en Estados Unidos y Asia/Pacífico con eje en China. Esto significa que la participación plena de los países de América Latina en el proceso de globalización depende especialmente de su vinculación con esos dos polos, que son el centro de la acumulación mundial.
-¿Qué rol jugarían en ese esquema el Mercosur y el Alca?
-Hoy vivimos un proceso de integración mundial cada vez más profundo y acelerado, donde el concepto de los bloques económicos ha quedado definitivamente atrás. La globalización consiste en un único sistema mundial progresivamente integrado y no en una constelación de bloques económicos.
-¿Cómo pueden los países latinoamericanos adecuarse a la expansión comercial de China que ya les está quitando mercados a sus exportaciones de bienes manufacturados?
-En la medida que los países emergentes latinoamericanos son productores de commodities, se ven ampliamente favorecidos por el crecimiento de la economía china, cuya demanda está haciendo que las cotizaciones de los productos agrícolas, energéticos y minerales estén alcanzando niveles récord. Es muy probable que el actual nivel de precios de los commodities se mantenga por un período histórico largo, lo que nos abre una inmensa posibilidad de crecimiento económico en las nuevas condiciones de globalización. Esto significa para Argentina, Brasil y Chile, en su condición de grandes exportadores agroalimentarios y de minerales, algo semejante a lo que ocurrió con la apertura del mercado británico de alimentos a fines del siglo XIX, salvo que ahora en vez de ser Gran Bretaña es el área Asia/Pacífico, que cuenta con 3.000 millones de habitantes o sea la mitad de la población mundial.
-¿Es conveniente que los países del Cono Sur sigan insistiendo con la exportación de commodities?
-Hay nuevas reglas de competitividad en el mundo actual. Todo intento de competir sobre la base de exportaciones industriales producidas con bajos costos laborales está destinada a agotarse y desaparecer debido, fundamentalmente, a que las nuevas normas de comercialización internacional obligan a todos los países del mundo a especializarse y conseguir su nicho en el mercado mundial. El nicho de Argentina, por ejemplo, está claramente referido a los recursos naturales y a su procesamiento de industrialización así como a la atracción de la inversión extranjera de las transnacionales no sólo en lo que se refiere a los productos agroalimentarios, sino también a los energéticos.
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Jorge Castro , 09/02/2004 |
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