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PERSPECTIVAS DE LA ARGENTINA EN EL NUEVO CONTEXTO MUNDIAL . |
Texto de las exposiciòn realizada por Jorge Castro en la última reunión mensual del centro de reflexión para la acción política Segundo Centenario, que tuvo lugar en el Hotel Rochester el pasado martes 7 de octubre
Viene de
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El trazo central de los acontecimientos mundiales es hoy un proceso acelerado de integración, tanto en el plano económico como en el estrictamente político esto es en lo que se refiere a la seguridad mundial. Ahora, dentro de este proceso de integración, el proceso está avanzando no de forma incremental, por pasos sucesivos, sino a través de auténticos espasmos de carácter cualitativo, que modifican en sus raíces las condiciones de inserción en el sistema mundial de todos los países del mundo sin excepción y de manera directa también para la Argentina.
Por eso se puede señalar que en el plano de los acontecimientos mundiales en el año 2003 se ha producido un punto de inflexión de características históricas que permiten señalar un “antes” y un “después” en la historia del sistema internacional de una profundidad y una envergadura de proporción semejante a lo que ocurrió en el siglo XIX con el paso de la primera a la segunda revolución industrial . Lo que está ocurriendo es entonces una nueva fase del proceso de acumulación capitalista del sistema mundial, caracterizado por la convergencia acelerada de dos fuerzas. Por un lado, la revolución tecnológica en los Estados Unidos, que se manifiesta con el incremento incesante de su productividad estructural . Por el otro, el resultado de la inserción plena de China en el proceso de globalización al convertirse en la “fábrica mundial”.
Este cruce de tendencias entre la revolución de la productividad en los Estados Unidos, por un lado, y la conversión de China en la fabrica mundial, por el otro, modifica las condiciones de competitividad y, por lo tanto, las características de la inserción en el sistema internacional de todos los países del mundo . Hay así lo que puede caracterizarse como el efecto combinado de los filos de una tijera , representados por un lado por el salto estructural de la productividad norteamericana y por el otro por el crecimiento extraordinario del comercio internacional chino, que amplía el mercado mundial hasta límites hasta hoy nunca conocidos.
Los datos mas elementales que revelan estas dos tendencias y su cruce son los siguientes. Estados Unidos representa hoy el 31,2% del producto bruto mundial. Ahora, el elemento que conviene tomar en cuenta es que desde hace siete años , a partir del año 1995, esta economía que representa casi un tercio de la economía mundial es responsable de cerca del 66% del crecimiento de la economía mundiual en ese período.
Sin embargo, lo más importante no es esta expansión significativa, que todo indica que va a ser continuada. Lo que tiene inmediatas consecuencias mundiales es el hecho de que esta expansión de la economía norteamericana se basa en un aumento de la productividad, esto es, producir más con menos consumo de factores, absolutamente excepcional del 6,8% en el año. Dicho de otra manera, en el segundo trimestre del año 2003, Estados Unidos ha experimentado el nivel más alto de alza de la productividad de toda su historia desde la Segunda Guerra Mundial en adelante. Más aún, el periodo 1998-2003, cinco años, ha sido la etapa con mayor incremento de la productividad que ha tenido Estados Unidos desde 1945 en adelante.
El indicador de la productividad es el indicador decisivo de las economías avanzadas y del proceso de globalización del sistema mundial porque es el que revela la profundidad y el despliegue alcanzado por el cambio tecnológico. Por eso , no es simplemente un indicador de carácter cuantitativo, sino ante todo de naturaleza cualitativa. Revela la potencia que ha alcanzado la revolución tecnológica en un país determinado.
Y en este período lo que aparece es lo siguiente: entre 1995 y el 2000 Estados Unidos experimentó un “boom” en crecimiento económico resultado de un “boom” similar en materia de inversión. Creció en esos años a una tasa superior al 4% anual. Fueron los años en que Estados Unidos tuvo el periodo más largo de crecimiento sostenido de toda su historia. En ese periodo que va del 95 al 2000, la productividad del trabajo, que revela el cambio tecnológico de manera inmediata, creció esos años el 2,4% anual promedio. Fue el doble de lo que había crecido la productividad en las dos décadas previas de la historia norteamericana.
Ahora bien, qué es lo que ocurre en el momento actual ? Lo que ocurre es que en los últimos tres años la economía norteamericana tiene un aumento de la productividad del orden del 3% anual o, dicho de otra manera, un incremento de la productividad significativamente superior a la que tuvo en la etapa del “boom” económico y de inversión que se desplegó entre 1995 y el 2000. Ahora, mientras tenía este nivel de productividad, que es el más alto desde la Segunda Guerra Mundial , al mismo tiempo la economía norteamericana ha tenido una recesión en el año 2001, cuando el producto cayó de marzo a noviembre , y luego eso ha sido seguido por tres años de crecimiento débil.
Dicho de otra manera, la productividad de los Estados Unidos aumenta por encima de sus records históricos , mientras que el crecimiento de la economía norteamericana ha sido débil . Esto significa que ese incremento de la productividad es un fenómeno de carácter estructural, en lo esencial irreversible, que ha venido para quedarse y que constituye el nuevo piso del mecanismo de acumulación de la economía norteamericana, y por ende, de la economía mundial.
El siguiente dato que conviene tomar en cuenta es que este salto fenomenal de la productividad norteamericana no se limita al denominado sector de la nueva economía de la información y de las telecomunicaciones, como ocurrió en la década del 90. Este sector de la nueva economía de la información, de las telecomunicaciones, de la informática, de los multimedios, que es el sector de la alta tecnología en los Estados Unidos, que a su vez es la frontera del conocimiento científico y tecnológico mundial, recibió en la década del 90 más del 50% de inversión de las empresas estadounidenses. Por eso tuvo un enorme empuje el aumento de la productividad de este sector de la economía norteamericana, pero fue potenciado extraordinariamente por un “boom” de inversión de magnitudes históricas.
Pero lo que está ocurriendo ahora en los Estados Unidos es que el salto de la productividad no se limita al sector de la alta tecnología, sino que abarca al conjunto del sistema económico incluida la industria y los servicios. Con un agregado de extrema importancia: los datos de este segundo semestre del 2003 muestran que hay un crecimiento mayor en la productividad en los servicios que en la industria. Es la primera vez que esto ocurre, no solo en los últimos veinte años del proceso de globalización, sino en realidad en el transcurso de toda la historia del capitalismo mundial, es decir desde al Revolución Industrial en adelante.
Las anteriores revoluciones tecnológicas, la máquina de vapor , la electricidad , el motor de combustión , fueron instrumentos de cambios fundamentales de la industria , pero no aumentaron la productividad de los servicios. Lo que está ocurriendo ahora con esta tecnología del procesamiento de la información es que aumenta la productividad de los servicios más que la industria. Y lo que hay que tener presente es que los servicios representan ya más del 80% del producto bruto de los Estados Unidos.
Habría que agregar otros datos, como que la segunda locomotora que se cruza con el salto de la productividad norteamericana es lo que ocurre en China . El dato mayor no es el crecimiento de la economía china de 1350 millones de habitantes, que significa que uno de cada cinco habitantes del planeta es chino, sino el aumento fenomenal del comercio internacional chino, impulsado por la inversión extranjera directa de las empresas transnacionales, que tienden cada vez mas a producir en China, buscando su ventaja competitiva única en lo que se refiere a su fuerza de trabajo abundante, barata y educada, y desde ahí reexportar al mundo.
El dato es el siguiente: el comercio exterior chino (importaciones más exportaciones) ha aumentado en los primeros cinco meses de este año un 39,6 %. El comercio internacional chino está creciendo cuatro veces más que el comercio mundial. A su vez, la inversión extranjera directa, en los primeros siete meses de este año ha crecido 27%. El resultado es que el año pasado, por primera vez en la historia del capitalismo, la República Popular China, esto es el régimen comunista fundado por Mao Tse Tung y abierto al mundo por el segundo líder chino, que fue Deng Xiao Ping, atrajo más inversión extranjera directa que los Estados Unidos.
Ahora, si las exportaciones en China están creciendo 30-35% anual, más todavía están creciendo sus importaciones. El resultado de esta situación que la estructura del comercio internacional chino es deficitaria en lo que se refiere a su balanza comercial con los países de la región y es ampliamente superavitaria en lo que se refiere a su balanza comercial con los Estados Unidos. China este año tiene un superávit comercial con los Estados Unidos del orden de los 130.000 millones de dólares. Esto equivale casi al 25% del déficit comercial norteamericano, que en el año 2003 va a ascender a 530.000 millones de dólares, el más grande de toda su historia. Pero con países como Japón, Taiwan, Singapur, Malasia, Corea del Sur, China es significativamente deficitaria en las relaciones económicas con todos estos países. Lo que está ocurriendo es que China les compra a los países asiáticos bienes de equipo y capital, sobre todo de Japón, y parte de producciones industriales al resto de los países del Asia, lo hace a muy bajo costo y luego produce, ensambla, organiza en las fábricas transnacionales, producto de la inversión extranjera directa de las empresas mundiales en su territorio, y dirige esa producción al mercado norteamericano. Por eso se da la siguiente situación significativa: el sector de las exportaciones chinas que crece más que el promedio son las exportaciones de las propias empresas transnacionales y, a su vez , el sector de las exportaciones chinas que realizan las empresas transnacionales, sobre todo dirigido al mercado norteamericano, que crece todavía más rápidamente son las exportaciones industriales del sector de la alta tecnología, especialmente de la industria electrónica.
Concluyendo esta primera observación, lo que hay es un proceso de integración acelerada de tipo industrial, con una economía norteamericana que deja atrás la fase industrial y se transforma cada vez más en una economía de alto conocimiento, de la tecnología en la frontera de desarrollo científico y tecnológico, de los servicios altamente calificados, de las patentes, en un proceso de integración acelerada que en conjunto y como unidad constituye una nueva fase histórica del proceso de acumulación capitalista equiparable en su importancia al paso de la primera a la segunda Revolución Industrial en el siglo XIX.
Por último, lo que hay que señalar es que el Asia-Pacífico, con China e incluyendo Japón, está financiando la demanda norteamericana y, por lo tanto, está financiando el déficit comercial de los Estados Unidos. Japón, China, Corea del Sur, Singapur, Taiwán, sus bancos centrales sumados, tienen un total de reservas en dólares estadounidenses o en títulos del Tesoro norteamericano de en este momento de 1.4 trillones de dólares. Se puede decir que hoy en el Asia- Pacífico están más de la mitad de las reservas mundiales de todos los bancos mundiales en dólares estadounidenses y en títulos del Tesoro noteamericano.
China está comprando una cifra de 10.000 millones de dólares mensuales en títulos del Tesoro norteamericano. En este momento, en dólares estadounidenses y en títulos norteamericanos líquidos, el total de reservas del Banco Central de Beijing es de 340.000 millones de dólares, superados por el Banco Central de Tokio que tiene 540.000 millones de dólares. El Asia-Pacifico está financiando las compras que la sociedad norteamericana realiza de su producción industrial especialmente en materia de alta tecnología en el campo de la industria electrónica.
China, Asia-Pacífico incluyendo Japón , como fábrica mundial industrial, por un lado, revolución de productividad en los Estados Unidos, en conjunto, al sumarse, construyen un nuevo escalón en la historia del mundo, que establece inexorablemente nuevas reglas de competitividad. Se puede concluir que para la Argentina, y para todos los países del mundo, y ante todo los países de América Latina, la cuestión ya no es más estar adentro o estar afuera de un sistema mundial que se integra aceleradamente, sino definir una visión estratégica que les permita participar de la mejor manera posible de esta nueva etapa histórica que habrá de signar no los próximos años sino las próximas décadas.
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Jorge Castro , 21/10/2003 |
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