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Se acelera la conversión de China en la fábrica mundial . |
Nota publicada en EL CRONISTA el 25 de agosto. |
Por Jorge Castro*
Lo verdaderamente relevante en la evolución reciente de la economía china no es sólo el crecimiento acelerado de su PBI, sino su relación con el proceso de globalización, cuyas dos manifestaciones centrales son el crecimiento de la inversión extranjera directa (IED) y el notable aumento de su comercio exterior. Estos aspectos decisivos se vinculan estrechamente con los siguientes factores. Primero, el nuevo papel de China en el proceso de globalización como fábrica mundial, ante todo en la industria electrónica, pero, además, en toda área industrial donde el uso de la fuerza de trabajo constituya una ventaja competitiva. La estructura de costos de China es incomparable con la de cualquier otro país industrial del mundo. Segundo, es muy probable que hacia fin de año China se convierta en el segundo socio comercial de los Estados Unidos, desplazando a México. El ritmo de aumento de las exportaciones de China a los Estados Unidos es de una magnitud tal que la tendencia es que se constituya en su principal socio comercial. Las exportaciones chinas ya representan el 25% del total del déficit comercial de los Estados Unidos que supera los 500.000 millones de dólares.
En este contexto, antes que el crecimiento del PBI, es mucho más relevante la evolución de la IED y del comercio internacional chinos, porque son las variables que la vinculan con el mundo y el proceso de globalización. Mientras que para el producto interno se espera un crecimiento del 7% en estos doce meses, la IED aumentó 26.63% durante los primeros 7 meses del 2003 y el comercio exterior 39.6% en los primeros cinco meses del año.
La IED desempeña un rol central en la economía china y, ante todo, en su comercio exterior. Las filiales de las empresas extranjeras instaladas en China representaron en el 2002 el 23% del valor industrial agregado total, un 18% de los ingresos tributarios y un 48% de las exportaciones. Por primera vez en la historia del capitalismo, la IED en China superó a la recibida por los Estados Unidos. La IED alcanzó en los Estados Unidos los 39.600 millones de dólares en el año 2002, una reducción de 73,9% con respecto al año anterior. En contraste, la IED en China fue de 52.000 millones de dólares, un incremento de 11,5% con relación al 2001. Pero, este año, China ya captó 33.350 millones de dólares de inversión extranjera directa durante los primeros siete meses del 2003. La cifra supone un aumento interanual de 26,63%.
El comercio internacional es todavía más revelador, China registró durante el 2002 exportaciones por 325.600 millones de dólares, un aumento de 22,3% respecto del 2001. Durante los primeros cinco meses del año en curso, el volumen de comercio exterior de China se incrementó un 39,6% hasta los 309.340 millones de dólares. Asimismo, su comercio exterior de productos de alta tecnología alcanzó 114,370 millones de dólares durante los primeros siete meses de 2003, un aumento del 50,65% frente a igual período del año pasado. En suma, el comercio exterior de este sector ocupó más de la cuarta parte del total. China es el líder del mercado emergente de la industria electrónica. Hacia el año 2005, su participación en el mercado de los productos electrónicos en todo el mundo pasará de 8,1% en la actualidad al 14,3%. Su volumen de producción llegará a los 80.000 millones de dólares.
China también se ha transformado en motor de la recuperación regional. Durante el año 2002 las exportaciones e importaciones de Japón tuvieron un crecimiento positivo gracias a la expansión del comercio con China, aumentando las exportaciones en 8,4% y las importaciones en 1,6% en relación al año anterior. Las empresas japonesas, gracias al traslado de sus bases de producción a China continental, registraron un significativo incremento en el comercio bilateral de maquinarias y repuestos. Durante el año 2002 las importaciones de Japón desde China subieron a 61.700 millones de dólares, un incremento del 6,2% respecto del 2001. Asimismo, por primera vez desde la posguerra, China desplazó a los Estados Unidos como mayor exportador de productos a Japón. La transnacionalización de la industria japonesa en China está modificando su estructura productiva y abriendo su economía.
Estas tendencias de fondo no sólo se relacionan con China y la globalización sino, fundamentalmente, con una nueva fase del proceso de acumulación capitalista a escala mundial. Su eje se encuentra en los Estados Unidos, no sólo en la recuperación de su economía sino, ante todo, en el fenomenal salto de productividad: 5.7% en lo que va del año. Esto parece indicar el comienzo de una nueva fase de la globalización donde convergen los dos vectores fundamentales: el aumento estructural de la productividad en los Estados Unidos y la conversión de China en la fábrica mundial a partir de la atracción en gran escala de IED.
* Presidente. Instituto de Planeamiento Estratégico. |
Jorge Castro , 08/09/2003 |
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