La nueva etapa política argentina en el contexto mundial .

 

Texto de la exposición de Jorge Castro en la reunión del centro de reflexión política Segundo Centenario, llevada a cabo el día 3 de Junio de 2003, en el Hotel Rochester .
Viene de
Señalaba Albanese y antes Raventos, la extrema coherencia de la visión política estratégica del gobierno que se ha hecho cargo de la Argentina el 25 de mayo. Esta visión de largo plazo tiene tres componentes fundamentales . El primero es el rechazo sistemático, sin excepciones, de la década del 90 en la Argentina, considerada la causa de la actual crisis que vive el país. El segundo componente de esta visión estratégica de largo plazo es que, como respuesta al rechazo inicial, de carácter fundador, que tiene la negación de la década del 90, lo que aparece es la reivindicación de un denominado "capitalismo nacional", entendido como un modelo económico opuesto a la globalización que caracterizó la década pasada.

La característica de este "capitalismo nacional" es que coloca su eje de expansión en el mercado interno, tiene como incentivo fundamental el crecimiento de la demanda agregada basada en el consumo y coloca nuevamente al Estado, tras el interregno de la década del 90, como un actor fundamental del proceso de acumulación capitalista, otorgándole como principal instrumento de acción la inversión pública. Estos componentes fundamentales se despliegan espacialmente en el marco regional, esto es en el MERCOSUR , en todo caso en América del Sur, a través de una ampliación que abarque al conjunto de la región del MERCOSUR originario creado en 1991. De manera absolutamente coherente, esta visión estratégica de largo plazo tiene como elemento fundamental, en lo que se refiere a la inserción de Argentina en el mundo, la decisión de subordinar la política exterior argentina a la Cancillería brasileña.

Esta visión de orden estratégico, donde el punto central es el rechazo a la década del 90, no aparece de manera aislada. Es parte de la ola de críticas que recorre el mundo entero contra la globalización tal como ha ocurrido en los últimos veinte años, y que tiene en este signo antiglobalizador una manifestación constante, como se experimenta en las manifestaciones que tienen lugar en las sucesivas cumbres de los mandatarios de los países más avanzados.

La cuestión es determinar si esta visión estratégica que, como tal, requiere un diagnostico de lo que es el mundo y lo que es la Argentina en ese mundo hoy, responde de manera adecuada a las características que muestra el sistema mundial en el momento que pasa a la acción, al transformar esta acción estratégica en acción política del nuevo gobierno que asumió en la Argentina el 25 de mayo de este año.

En este sentido, lo que conviene advertir son algunos datos de cierta importancia. Ante todo, lo que sucede en el plano de la seguridad internacional. Hay dos hechos de importancia central que conviene retener para ubicar, con el máximo de precisión posible, cuáles son las características de poder internacional en el mundo de hoy. En primer lugar, la resolución del 22 de mayo de este año tomada en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por 14 votos a favor, ninguno en contra, una ausencia (Siria), con la manifestación de respaldo del país ausente con posterioridad a la resolución aprobada . Esta resolución 1483 fue presentada por Estados Unidos, Gran Bretaña y España y estaba destinada a lograr el reconocimiento del organismo internacional a las consecuencias de la guerra en Irak. La resolución tiene tres puntos fundamentales. En primer lugar, el reconocimiento explícito de la "autoridad" que, según los términos del Consejo de Seguridad, gobierna en los últimos dos meses Irak. Esa "autoridad", a la que la resolución 1483 considera legítima, está formada por las denominadas "potencias ocupantes", Estados Unidos y Gran Bretaña. En segundo lugar, la resolución levanta la totalidad de los embargos y restricciones internacionales establecidos por el Consejo de Seguridad después de la Guerra del Golfo en 1991, salvo en lo que se refiere al embargo sobre las armas. Permite la libre la oferta del petróleo iraquí en el mercado internacional sin ningún tipo de restricciones. A su vez, crea un "fondo especial" para hacerse cargo de los ingresos petroleros del país, que constituye la segunda reserva mundial de crudo, de modo que esos recursos sean exclusivamente utilizados para el pueblo iraquí. Por último, la resolución establece que la comunidad internacional en su conjunto participe de la situación posterior a la guerra, actuando como autoridad de control y supervisión del fondo que se crea con la renta petrolera iraquí.

Esta resolución, que ha sido votada por todos los países miembros, tiene el voto favorable no solo de los países que la impulsaron , es decir, Estados Unidos, Gran Bretaña y España, sino que cuenta con el voto favorable de Francia, Alemania, Rusia y de China , entre otros. Todos y cada uno de sus términos implican, en definitiva, la legalización, por parte del Consejo de Seguridad de la consecuencia fundamental de la guerra en Irak, que es su ocupación por Gran Bretaña y Estados Unidos. Acá hay un reconocimiento y una aceptación explícitos del poderío norteamericano.

La resolución 1483 es, en suma, una oferta de reconciliación formulada por los Estados Unidos y Gran Bretaña a sus opositores en la crisis diplomática que precedió a la guerra, especialmente Francia, Alemania, Rusia y China. Y todas y cada una de estas grandes potencias ha aceptado esta oferta, reconociendo la ocupación norteamericana y británica. Es una oferta de reconciliación que todos han aprovechado. En definitiva, lo que hay acá es un espaldarazo internacional al resultado de la guerra, es decir al gobierno formado por los países ocupantes, denominados en la resolución la "Autoridad".

¿Qué ocurrió en la crisis diplomática previa a la guerra? Sucedió que una coalición formada por Francia , Alemania , Rusia y China no pudo frenar al gigante norteamericano y la consecuencia es que esta resolución marca un punto de inflexión en la historia de las relaciones internacionales, porque establece, reconoce y legitima un nuevo orden internacional, cuya principal característica es notoriamente el extraordinario predominio de la hiperpotencia norteamericana y cuyos restantes rasgos dependen, como ya está ocurriendo, de las múltiples adaptaciones que el resto del mundo hace a esta nueva realidad de poder.

Estas múltiples adaptaciones no necesariamente son unilaterales sino que son mutuas. Porque la hiperpotencia norteamericana no significa omnipotencia en términos de poder internacional. Por eso es que este complejo, extraordinariamente rico y movido proceso de adaptación al hecho central del sistema de poder internacional, que es el extraordinario predominio del poderío norteamericano, es un proceso de adaptación mutua entre ese centro de poder mundial y el resto del mundo, pero, notoriamente, en dosis muy desiguales.

Es lo que está ocurriendo en Medio Oriente. De pronto, el gobierno del primer ministro israelí, Ariel Sharon, acaba de descubrir la legitimidad de un estado palestino. El gobierno sirio, que respaldó al gobierno de Saddam Hussein en la guerra y en la crisis previa, ha aceptado todas y cada una de las sugerencias del Secretario de Estado, Colin Powell. Y la Autoridad Nacional Palestina ha colocado en la cabeza del Estado palestino en ciernes a una nueva figura, tal como reclamaba el gobierno de Estados Unidos, que es el Primer Ministro Mohamed Abbas. Lo que ocurre en Medio Oriente también se manifiesta en Europa y en el resto del mundo, e incluso en la lejana Corea del Norte, que inmediatamente de terminada la guerra dejó de lado su reclamo previo de negociar solo y exclusivamente en forma bilateral con los Estados Unidos y aceptó una negociación de tipo multilateral que incluye a China .

Esta no es la única manifestación del nuevo sistema de poder internacional. Lo mismo en la Alianza Occidental (OTAN), fracturada profundamente, al igual que el Consejo de Seguridad, en la etapa previa a la Guerra, por el enfrentamiento que desarrollaron a la iniciativa norteamericana- británica, Francia, Alemania y Bélgica. Esta vez, por unanimidad, los 19 miembros actuales, con el acuerdo de los que integran la nueva OTAN, que son otros siete países, esto es la totalidad de Europa Oriental, dio respuesta afirmativa al pedido de apoyo logístico formulado por uno de sus nuevos miembros que, es Polonia, que va a tener a su cargo el control de un tercio del territorio iraquí junto a los Estados Unidos y Gran Bretaña, en reconocimiento a su respaldo en la crisis diplomática y también en la propia guerra. En definitiva, la OTAN decide participar, a través de Polonia, en la ocupación de Irak.

Pareciera que lo que está ocurriendo es, en definitiva, el fin del período de transición del poder internacional que comenzó tras el fin de la Guerra Fría. En ese momento, caída del Muro de Berlín, noviembre de 1989, crisis y autodisolución de la Unión Soviética entre agosto y noviembre de 1991, lo que ocurrió es que cambió en su naturaleza el sistema de poder internacional que había estado vigente en el mundo a lo largo de cuatro décadas. En ese período de cuarenta años, el sistema de poder internacional tenía un carácter bipola. Había dos grandes superpotencias de alcance mundial: la ex URSS y Estados Unidos. La etapa que dio comienzo allí fue de tipo unipolar, por el hecho que quedó una sola superpotencia, los Estados Unidos.

En el transcurso de los diez años posteriores, se desarrolló lo que puede caracterizarse como un período de transición hasta que emergió un nuevo sistema de poder mundial. Este nuevo sistema de poder mundial no es unipolar sino global , a partir de la aceptación del mundo entero, en primer lugar de los países europeos, del rasgo fundamental del nuevo sistema de poder mundial, que no es la hegemonía norteamericana sino el hecho de que esta hegemonía, como respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, llegó a la conclusión de que en adelante la única forma en la que puede garantizar su seguridad doméstica es estableciendo un nuevo sistema de seguridad global.

En definitiva, lo que está ocurriendo a escala mundial es el final del período de transición histórica entre el fin de la Guerra Fría, que termina en noviembre de 1989, hasta la Guerra con Irak, y la legalización de la principal consecuencia de la guerra, que es la ocupación del territorio iraquí a través de la resolución 1483 del Consejo de Seguridad y de la decisión de la OTAN de participar en esa ocupación. Lo que está ocurriendo es que, en suma, lo que comenzó en noviembre de 1989, en lo esencial, ha terminado el 22 de mayo del 2003. Es decir, el mundo ha dado una vuelta sobre sí mismo y la estructura de poder mundial adquiere características profundamente integradas, a través de un único sistema de seguridad global que abarca el planeta entero.

Para encontrar una comparación histórica con lo que está ocurriendo, o para ser más exacto con lo que ya ha ocurrido en el mundo de hoy, quizás lo relevante sea comparar la actual situación mundial con lo que ocurría en el mundo en la década del 70. Una década que tiene una especial importancia, porque es la década en la que se forjó la cultura política a la que muestran mayor lealtad política, conceptual y emocional figuras fundamentales de la política argentina, incluyendo el actual presidente de la Nación. Una década que, para ellos, tiene una relevancia política, conceptual y emocional incluso mayor que la década que lideró el general. Juan Domingo Perón entre 1945 y 1955 o, ciertamente, la década del 90 en la Argentina y en el mundo. De modo que es extremadamente importante una caracterización lo más precisa posible de las características del sistema mundial en esa época que despierta tanta lealtad en figuras fundamentales del sistema de gobierno de la Argentina. Y la caracterización que puede hacerse de la década del 70 tal vez pueda formularse de la siguiente manera, utilizando la licencia de una metáfora histórica comparativa, que tiene la posibilidad de iluminar pero también de confundir: la década del 70 fue la década que manifestó la mayor debilidad de los Estados Unidos en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial en adelante.

Pierde la guerra en Vietnam, pierde el desafío del establecimiento de una revolución socialista a ochenta millas de su territorio, aliada estratégicamente a su adversario soviético. Es la década de mayor debilidad económica, del estancamiento de su economía sumado a una alta inflación, y es también la década en que va a poner en la Casa Blanca a quien seguramente es el presidente más débil de su historia: Jimmy Carter. En ese momento, los Estados Unidos experimentan retrocesos sistemáticos frente a la URSS en todas partes y al mismo tiempo. La URSS se transforma en una potencia africana , utilizando para eso el esfuerzo sustituto de una isla del Caribe que envía a sus fuerzas armadas a combatir en lugares como Angola , Mozambique y participa en guerras civiles como en Eritrea, Somalia y Etiopía. También es en la década del 70 donde Estados Unidos ya no ve el desafío de una base misilística soviética en Cuba , sino que ve bases de su enemigo en lugares como Nicaragua y El Salvador. Por eso es que si pudiera caracterizarse la actual situación mundial en comparación a la década del 70, podría decirse que el sistema de poder mundial de la década del 70 es exactamente lo opuesto de lo que ocurre en el mundo de hoy. No solo en el plano de la seguridad, sino también en económico, tecnológico y financiero.

Por eso, es que en una perspectiva de largo plazo, la cuestión fundamental consiste en saber si esta visión estratégica sobre la que se funda el actual gobierno responde a los hechos o, de lo contrario, éstos van a desmentir en sus raíces la caracterización hecha de la década del 90, la idea de un "capitalismo nacional", esto es, de un reclamo de una etapa histórica previa a la globalización de la economía y, por último, la idea de que la Argentina puede aislarse de los flujos, transacciones, amenazas y peligros del mundo subordinado su política exterior al marco regional y a un país como Brasil. Caracterizaría de esta manera los dilemas del nuevo sistema de poder en la Argentina.
Jorge Castro , 24/06/2003

 

 

Inicio Arriba