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TLC Chile-Estados Unidos: El sendero luminoso del siglo XXI . __ |
Desde Santiago, Luis Candurra subraya el significado estratégico del acuerdo logrado entre CHILE y ESTADOS UNIDOS para firmar un Tratado de Libre Comercio . |
Durante el año 2002, Chile firmó tratados de libre
comercio con la Unión Europea y con Corea del Sur y,
en la fría madrugada de Washington el 11 de diciembre,
culminó las negociaciones para alcanzar un acuerdo de
liberalización comercial la potencia hegemónica
global.
"No existe país que haya alcanzado tres acuerdos de
libre comercio en pocas semanas", proclamó
enfáticamente el presidente socialista de Chile
Ricardo Lagos.
Once años, tres gobiernos chilenos y tres
administraciones estadounidenses demandó la
negociación de este acuerdo entre un "pequeño país" de
poco más de 15 millones de habitantes y el primer
mercado de consumidores del planeta: 284 millones,
casi un tercio del producto bruto de la Tierra.
Con la conocida pasión estadounidense por los
eslóganes, el tapiz preparado como fondo del anuncio
oficial - protagonizado por la canciller de Chile
Soledad Alvear y el representante comercial de los
Estados Unidos Robert Zoellick, a las 14, hora de
Chile - enlazaba el azul, el blanco y el rojo de las
banderas de los dos países con la frase "Socios para
el desarrollo".
Un club muy exclusivo
Chile está ingresando al reducido grupo de naciones
que han cerrado TLC con los Estados Unidos: Canadá,
Jordania, México y Singapur.
Cuando entre en vigencia el acuerdo con los Estados
Unidos - probablemente en 2002, después de las
respectivas ratificaciones parlamentarias - el 87 % de
las exportaciones de Chile a su principal socio
comercial ingresarán al mercado estadounidense con
arancel cero, un porcentaje que crecerá al 94,8%
cuatro años más tarde y alcanzará el 100 por ciento 12
años después.
Para el 2004, Chile habrá liberalizado el 48% de su
comercio internacional: una verdadera decisión
estratégica en la economía global de nuestros tiempos.
Las estimaciones que hacen los economistas en Santiago
auguran que el TLC con Estados Unidos expandirá, por
si solo, el 1% anual de la capacidad de crecimiento
del producto chileno.
Casi dos mil empresas chilenas venden ya hoy sus
productos en los Estados Unidos, y novecientas de
ellas entran en la calificación de PYMES.
No solamente comercio
Las implicancias no serán solamente comerciales. El
nuevo posicionamiento estratégico de Chile atraerá sin
duda más inversiones extranjeras de terceros países
que querrán acceder con arancel cero al principal
mercado del mundo. Hernán Büchi, uno de los
protagonistas de las transformaciones estructurales
durante los años ochenta afirma que el objetivo es
"que Chile sea el mejor país del mundo para invertir".
También se espera una baja del riesgo país, que hoy es
de 160 puntos básicos, lo que abaratará el acceso a
los mercados financieros globales de las empresas
chilenas. El mero anuncio del acuerdo alcanzado
produjo en el día un descenso de la cotización del
dólar, de 702,50 a 697,50 pesos chilenos, comenzando a
descontar las expectativas de ingresos de inversiones
en esa moneda.
También adquirió un carácter simbólico el llamado
telefónico de Enrique Iglesias, presidente del Banco
Interamericano de Desarrollo - BID -, a Ricardo Lagos:
"Llamo para dar las gracias, porque esta es la mejor
noticia para Latinoamérica en mucho tiempo".
Chile, una nación más pequeña que la Argentina, en
territorio, en población y en producto, y, al igual
que la Argentina "mucho más cerca de los pingüinos que
de la humanidad" ha demostrado, como predice una
expresión corriente local, "que si se quiere se
puede".
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Luis Candurra , 12/12/2002 |
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