SOPLAN NUEVOS VIENTOS PARA EL ALCA

 

Las recientes declaraciones de Lula, cuando anunció su propósito de encarar directamente con "el compañero Bush" las negociaciones sobre la integración económica continental, no son un simple giro retórico. Es altamente probable que tengan que ser tomadas literalmente.
Las recientes declaraciones de Lula, en su condición de virtual presidente electo de Brasil, cuando anunció su intención de encarar en forma directa con "el compañero Bush" las tratativas vinculadas con la configuración del ALCA, no pueden tomarse como un simple giro retórico para tranquilizar a los mercados financieros, extremadamente inquietos ante la seria posibilidad de un "default" aún más voluminoso que el protagonizado en enero pasado por la Argentina. Es altamente probable que lo que Lula acaba de señalar tenga que ser tomado literalmente y que sea para el escenario regional el dato político más relevante de los próximos años.

Conviene recordar que faltan sólo diez días para que Estados Unidos y Brasil asuman conjuntamente la copresidencia de la mesa de negociaciones constituída para materializar la concreción de ese espacio de integración económica de todo continente americano, cuya puesta en marcha está prevista para el año 2005, lo que en términos históricos equivale a decir casi pasado mañana. Esa copresidencia brasileña, que coincide con el inicio de la fase decisiva de la ronda multilateral hemisférica, será asumida el 1° de noviembre por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y traspasada a su sucesor dos meses más tarde.

En ese camino hacia la integración continental, Chile se encuentra a punto de sellar un tratado bilateral de libre comercio con los Estados Unidos, que sería el primero en celebrarse con un país de América del Sur, y está en vísperas de concertarse un tratado similar entre Washington y los países de América Central, mientras que el MERCOSUR avanza ya hacia un acuerdo de integración comercial con México, que también sería el primer convenio de ese tipo establecido entre el bloque regional y uno de los socios del NAFTA.

En este sentido, no está demás consignar que Robert Zoellick, el delegado comercial de la Casa Blanca, participó en la reunión celebrada en Bolivia por el grupo Cairns, que congrega a los principales países exportadores de alimentos, entre ellos naturalmente la Argentina y Brasil, a la que ahora quiere integrarse la República Popular China, que en esta oportunidad estuvo representada por el embajador chino ante la Organización Mundial de Comercio.

El propósito del encuentro fue articular una estrategia conjunta orientada a acordar, en la próxima ronda multilateral de negociaciones de la OMC, una drástica reducción de los subsidios agrícolas. Esta iniciativa de la diplomacia comercial norteamericana tiende a aproximar posiciones con los países del MERCOSUR en un punto que aparece como absolutamente clave para el progreso de las negociaciones relativas a la conformación del ALCA.

Hay otros dos datos políticos enormemente significativos que conviene tomar en cuenta para comprender la nueva dinámica de una situación regional que acelera fuertemente su tendencia estructural hacia la integración. El primero es que ninguno de los principales candidatos que se presentaron en la primera vuelta de las elecciones presidenciales realizadas en Ecuador, ni siquiera quienes en su momento manifestaron su enérgica oposición a la medida, haya planteado dar marcha atrás con la dolarización de la economía, erigida ahora en un camino de carácter irreversible, que recorren velozmente también los países centroamericanos.

El segundo dato estratégicamente fundamental es que el nuevo presidente de Colombia, Alvaro Uribe, haya expresado en Miami, ante una consulta formulada por el embajador argentino en los Estados Unidos, Diego Guelar, su disposición favorable a la formación de una fuerza multilateral sudamericana para contribuir al restablecimiento de la paz y el orden público en un país cuya gobernabilidad ha sido virtualmente destruída por la convergencia de fuerzas entre el terrorismo y el narcotráfico.

Este nuevo panorama regional adquiere una decisiva importancia para la Argentina. El próximo gobierno constitucional tiene como prioridad estratégica insoslayable la superación del actual estado de aislamiento externo, profundizado por el default proclamado por Adolfo Rodríguez Sáa. Esto requiere de un activo protagonismo político en el escenario mundial enderezado hacia la reinserción internacional del país. La Argentina tendrá ante sí una verdadera oportunidad histórica. Para aprovecharla, será más que nunca necesario recordar aquel axioma que reza que en política "se trata siempre de colocar la vela donde sopla el viento y no pretender que sople el viento donde uno pone la vela".

Jorge Castro , 21/10/2002

 

 

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