El Gran Juego: La edición 2020

 

En Asia Central y en la región del Mar Caspio la atención está centrada en la guerra contra el terrorismo. Pero, detrás de esta preocupación actual, se está jugando una nueva ronda del Gran Juego de la Energía: petróleo y gas.
En los años de la década del 90, la competencia entre los Estados Unidos y Rusia sobre la dirección de las rutas de transporte del petróleo desde la Cuenca del Caspio hacia los mercados europeos y mundiales atrapó la atención internacional.


El dominio de Rusia

Los Estados Unidos presionaron por la construcción de los oleoductos a través del Cáucaso, hacia los puertos en Georgia y Turquía. Y Rusia impulsó la utilización de ductos hacia sus puertos del Mar Negro.

En el siglo XXI, el acceso a los mercados emergentes de gas en India y toda Asia sumarán una nueva dimensión - y otros actores - al juego.

De hecho, hacia el 2020 la acción no estará limitada a las llamadas "grandes potencias" - en este caso, Rusia y los Estados Unidos. China, Irán y varios estados exsoviéticos de Asia Central, entre otros, tendrán roles mayores. Pero, por ahora, Rusia parece estar dominando el comienzo del juego.


Gas, un "commodity" global

En parte, todos estos cambios son el resultado de la nueva importancia del gas. Aunque el petróleo representa el 40 % del consumo global de energía, las preocupaciones ambientales y las reservas locales significativas han hecho del gas la fuente de energía de más rápido crecimiento en Europa y Asia.

Esto es especialmente así en el sector de la energía eléctrica, donde el gas es crecientemente el combustible de elección. El gas natural ahora representa alrededor del 23 % del consumo de energía del mundo. Está proyectado que alcanzará al menos el 30 % para 2020 y rápidamente se ha transformado en un "commodity" del comercio global.


La nueva frontera

Más del 28 % del gas consumido hoy atraviesa fronteras terrestres o límites marítimos, sea en ductos o en buques-tanque, en la forma de gas natural licuado -GNL. Asia, especialmente India y China, es la nueva frontera para el gas.

Asia ya representa aproximadamente el 20 % del consumo mundial de energía y está proyectado que su demanda aumentará acentuadamente.

Aunque India y China son prácticamente autosuficientes en carbón, ambos países podrían satisfacer la nueva demanda aumentando el consumo de gas. Esto les permitiría mitigar los costos de la contaminación y la dependencia del petróleo de Medio Oriente.


El gas caspiano

Aunque el Caspio fue proclamado como la nueva fuente global de petróleo en la década del 90, su futuro está también en el gas. Parte de este gas podría finalmente proveer a los mercados de India y China.

Las reservas más significativas de gas están en los países de Asia Central Kazakhstan, Turkmenistan y Uzbekistán, con nuevos descubrimientos a través del Caspio en Azerbaiján.


Rusia, productor y exportador de orden mundial

Rusia es la que predomina en el gas de la región. Rusia tiene las mayores reservas de gas del mundo, alrededor de un tercio de la oferta total. El grueso de las reservas está en Siberia, con sólo una porción menor en la Cuenca del Caspio. Además, Rusia tiene la capacidad para dominar la producción y las exportaciones de Asia Central.

¿Cómo? Rusia es un productor y exportador de orden mundial. Es ahora el mayor proveedor de Europa y el principal proveedor de Turquía, con ambiciones de irrumpir en Asia.

En contraste, Kazakhstán, Turkmenistán y Uzbekistán han estado restringidos tanto como productores como en la exportación. Los campos de gas de Asia Central están situados desfavorablemente para los mercados europeos y asiáticos y carecen de infraestructura de ductos. Todos los gasoductos de exportación existentes corren a través de Rusia.


Sin impulso

Y las compañías internacionales de energía han fracasado en hacer la misma penetración en la producción regional de gas que la que poseen en el petróleo del Caspio.

En los 90, una serie de ambiciosos proyectos internacionales para transportar el gas de Asia Central a los mercados mundiales a través de Rusia - desde Kazakhstan a China, desde Turkmenistán, por el Caspio, a Azerbaiján y Turquía y desde Turkmenistán, a través de Afghanistán, hacia Pakistán y la India - todos, eventualmente, se quedaron sin impulso.


Desconectados

Como resultado, las vastas reservas de gas de Kazakhstán están subexplotadas aun para el mercado local porque los principales campos todavía tienen que ser conectados a la red de gasoductos existente.

Las exportaciones de Turkmenistán han sido exprimidas por Rusia y dirigidas hacia antiguos estados soviéticos que, frecuentemente, retrasan sus pagos del gas. Y Uzbekistán casi exclusivamente provee a consumidores locales de Asia Central.

En 2002, Rusia fortaleció su posición regional con la promoción de una Alianza del Gas de Eurasia, para coordinar la producción de gas con Kazakhstán, Turkmenistán y Uzbekistán.


¿Una cuádruple alianza?

Los objetivos de la alianza incluyen una garantía de compras en el largo plazo de gas de Asia Central para el mercado doméstico de Rusia y un compromiso para llevar el gas de Asia Central a través de los gasoductos rusos de exportación.

Esta alianza fue consolidada a través de una serie de acuerdos bilaterales de cooperación energética entre Rusia y Kazakhstán. Todo esto parece asegurar a la industria rusa de la energía un papel dominante en el gas de Asia Central.


Un gigante del gas

En 2002, la compañía gigante de gas de Rusia Gazprom - un mamut dominado por el estado que, por sí solo, controla el 25 % de las reservas globales de gas - también reveló planes de largo plazo para transportar gas ruso hacia el sur, a Pakistán y la India, al este a China y al oeste a Europa.

En los envíos de gas al subcontinente indio, los estados de Asia Central también tienen que competir con Irán. Este país tiene las segundas reservas más grandes después de las de Rusia, y sus propias ambiciones.

En vez de sus viejas ofertas de servir como país de tránsito para que el gas de Turkmenistán llegue a Pakistán y la India, Teherán se ha comprometido en negociaciones intensivas para exportar el gas iraní.


Gasoducto submarino

Irán propuso ductos a Pakistán que atravesarían Turkmenistán y Afghanistán y exploró colocar tuberías por debajo del Golfo Pérsico hacia la India, para evitar Pakistán.

Aunque la amenaza de guerra entre India y Pakistán y la demanda insuficiente de gas en ambos países han puesto esos planes en el cajón, Rusia también podría inclinarse a participar si se ponen nuevamente en marcha.


Gran empresa, gran deuda

Gazprom está fuertemente instalada en el desarrollo del gas iraní. Y juntos, Rusia e Irán tienen un poco menos de la mitad de las reservas mundiales probadas de gas.

A pesar de esto, la industria rusa del gas tiene sus problemas, algunos de ellos serios: Gazprom está fuertemente endeudada.

Enfrenta la caída de sus volúmenes de producción y es probable que no sea capaz de completar sus ambiciosos planes de exportación sin explotar nuevos campos y realizar nuevas inversiones de importancia.


Competencia

Hay una considerable competencia en los mercados globales de gas, especialmente en Asia, donde existen múltiples opciones de ofertas, incluyendo Australia, Bangladesh, Indonesia y Malasia, además de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, en el Golfo Pérsico.

Como en los mercados de petróleo, el principal determinante de los patrones de consumo es el precio más que la oferta. Los consumidores asiáticos como India y China pueden finalmente encontrar más barato embarcar GNL desde Australia y Qatar que el gas natural que ofrece Rusia por ductos. Rusia puede parecer un ganador temprano en el Gran Juego del Gas 2020. Pero su éxito en el largo plazo no está asegurado.

Artículo publicado originalmente en "The Globalist".
Fiona Hill , 19/07/2002

 

 

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