Un momento de definiciones para el presidente Bush.

 

Con el cortante lenguaje que lo caracteriza, así describió Steve Forbes - en su columna "Fact and Comment" de su semanario - las amenazas a la economía global que significan las restricciones legislativas con que se intenta limitar la capacidad del mandatario estadounidense para negociar acuerdos comerciales.
El Senado de los Estados Unidos está practicando juegos con el comercio internacional que podrían tener consecuencias devastadoras. El presidente Bush está tratando de conseguir del Congreso la autoridad para negociar acuerdos comerciales importantes. La así denominada autoridad "fast-track" significa que un acuerdo es votado o afirmativa o negativamente por el Congreso - no están permitidas las enmiendas. Nuestros socios comerciales podrían no hacer concesiones políticamente difíciles si supieran que el Congreso podría destruir cualquier concesión recíproca norteamericana. Pero el Senado recientemente aprobó una cláusula "asesina" que podría permitir al Congreso practicar los juegos de los intereses especiales con los pactos comerciales de los Estados Unidos. Si esto se transforma en ley, el movimiento para liberar las barreras al comercio, seguido desde la Segunda Guerra Mundial, llegará a un abrupto fin.

Estos senadores deben haber olvidado la principal causa de la Gran Depresión: La ultraproteccionista tarifa Smoot-Hawley, que destruyó el comercio global y los flujos de capital. El sufrimiento económico resultante hizo posible el ascenso de Adolf Hitler y preparó el escenario para la Segunda Guerra Mundial. Si la enmienda asesina del Senado permanece en pie, el presidente debe ejecutar su amenaza de vetar esa legislación. De otra manera, arriesgamos un redescenso al purgatorio de los años 30.
Steve Forbes , 31/05/2002

 

 

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