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Brasil hace pie en Africa |
Apenas en diez años, entre 2000 y 2010, el comercio bilateral entre Africa y Brasil se ha quintuplicado.
El Centro de Estudios Africanos reveló que 500 compañías brasileñas están distribuidas en 30 países africanos. |
Itamaraty ha puesto en marcha una estrategia destinada a demostrar que Brasil ya no es solamente el líder regional sudamericano sino una potencia de carácter global. Mientras las cifras de 2011 ratifican que Africa es ya el cuarto socio comercial de Brasil, las empresas brasileñas aumentan sus inversiones en el continente negro. Ya no solo en las antiguas colonias portuguesas de Angola y Mozambique. Brasil es ahora una realidad palpable en toda Africa.
Durante sus dos períodos presidenciales, Lula realizó doce viajes al continente africano, allí visitó 27 de sus 49 países y multiplicó por dos el número de embajadas, que ahora asciende a 34. Dilma Rousseff profundiza el camino trazado por su antecesor.
En 2010, el intercambio comercial entre Africa y Brasil superó los 20.000 millones de dólares. No obstante, esa cifra está todavía lejos de los datos comerciales de Africa con las otras dos grandes economías emergentes: China (más de 100.000 millones de dólares) e India (32.000 millones de dólares). Pero aún más interesante que el número es la tendencia: apenas en diez años, el comercio bilateral entre Africa y Brasil se ha quintuplicado.
Lluvia de inversiones
Petrobrás es la empresa brasileña más antigua en operar en Africa, desde que se instaló en Angola en 1979. La compañía planea inversiones por 2.400 millones de dólares hasta el 2015. La explotación brasileña de petróleo tiene como asiento a Nigeria, Angola, Tanzania, Libia, Namibia, Senegal y Guinea Ecuatorial.
Vale do Rio Doce, la principal empresa minera brasileña, invirtió en Mozambique 1.700 millones de dólares y tiene previsto inversiones del orden de 2.000 millones de dólares en otros proyectos. Es la mayor inversión extranjera en la historia de Mozambique. En un gesto inédito, el Gobierno local ofreció seis millones de hectáreas para que agricultores brasileños cultiven soja, maíz y algodón.
Otra firma importante, la constructora Norberto Odebrecht, opera en ocho países africanos desde que en 1982 se instaló también primero en Angola. No es un caso aislado: una investigación del académico Gerhard Seibert, del Centro de Estudios Africanos, con sede en Lisboa, revela que alrededor de quinientas compañías brasileñas están distribuidas en más de treinta países africanos.
Continente en ascenso
En la última década, Africa dejó de ser el “continente perdido”. En estos diez años, el crecimiento africano superó largamente el promedio mundial. La revista The Economist señala que de las diez economías de mayor crecimiento en la última década seis fueron de países africanos.
Un informe de Boston Consulting Group bautizó a ocho países de la región como “los leones de Africa”, por la fortaleza de sus economías: Argelia, Botswana, Egipto, Libia, Mauricio, Túnez, Sudáfrica y Marruecos. Tres de ellos (Túnez, Egipto y Libia) fueron protagonistas relevantes de la “primavera árabe”.
El Banco Africano de Desarrollo publicó un informe sobre el surgimiento de una nueva clase media africana, de alrededor de 300 millones de personas, que constituyen cerca del 3% del consumo mundial.
La consultora McKinsey estima que 200 millones de africanos entrarán al mercado de consumo en los próximos cinco años, en virtud del mejoramiento de su nivel de vida. Calcula también que, en los próximos treinta años, la población en edad de trabajar será más del doble de la actual, ya que pasará de 500 millones de personas a más de 1.000 millones.
La incorporación de Sudáfrica al grupo BRIC reflejó -más que la importancia relativa de la economía sudafricana, que es la de mayor tamaño de Africa- la voluntad política del bloque de países emergentes de estrechar lazos con el continente. China, India, Sudáfrica y Brasil compiten por lograr una mayor presencia en la región.
Esta presencia es bienvenida por los gobiernos anfitriones. “Hasta ayer, Africa tenía relaciones de cooperación solo con las expotencias colonizadoras. La emergencia de China y Brasil ofrece la posibilidad de cooperación sur-sur”, afirmó Alain Akouala Atipault, titular de Zonas Económicas Especiales del Congo.
La Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, fundada en 1996, que integra a Brasil y Portugal con países africanos como Angola y Mozambique, y el Foro IBSA, conformado por India, Brasil y Sudáfrica, fueron aprovechados por la diplomacia brasileña para incentivar esta penetración regional.
Junto a Nigeria, Brasil lidera también el Foro de Cooperación Africa-
Sudamérica. La diplomacia brasileña busca, asimismo, establecer vínculos entre el Mercosur y la Comunidad de Africa Oriental, que incluye a Kenya, Burundi, Uganda, Rwanda y Tanzania, con una población de 130 millones de habitantes.
En la competencia que libran China, India y Brasil en territorio africano, cada país emplea sus propias armas. China utiliza su poderío económico. Brasil optó por el “softpower” (poder blando) y usa una bandera cultural. “Los brasileños se sienten cerca de Africa, contrariamente a los chinos”, acotó sugestivamente Alain Jean Gustave Iboudo, embajador de Burkina Faso en Brasilia.
El arma cultural
En su primer visita a Africa, Lula señaló que “compartimos rasgos físicos, espirituales y culturales que hacen de Brasil el segundo país africano del mundo”. En ese sentido, el exmandatario brasileño destacó el gigantesco aporte al crecimiento brasileño efectuado por los negros de origen africano llevados a la fuerza como esclavos entre 1550 y 1850. “Brasil no sería el mismo sino fuera por los millones de africanos que participaron en la construcción del país”, reflexionó.
Desde entonces, las autoridades brasileñas no se cansan de destacar los antiguos vínculos culturales con el continente africano. Ya está en funcionamiento Brasil TV Internacional, una señal de cable en idioma portugués que pronto podrá verse en todos los países africanos.
Pero Brasil TV Internacional es solo una dentro de una batería de ambiciosas iniciativas en el terreno de la cooperación cultural. Lula promovió la creación de la Universidad de Integración Internacional de Lusofonía Afro-Brasileña, con sede en el estado nordestino de Ceará y subsedes en los países miembros de la Comunidad de países de Lengua Portuguesa. Por su parte, la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria tiene programas de formación profesional para técnicos africanos en las áreas de la agricultura y los biocombustibles.
En su competencia con China e India por una mayor cuota del continente negro, Brasil, que en su relación con sus vecinos sudamericanos corrió tradicionalmente con la desventaja de la diferencia idiomática, está dispuesto a utilizar la ventaja de la identidad cultural derivada de sus ancestros africanos.
Como un reflejo de los deslizamientos de poder en la geografía económica mundial, vale consignar como detalle significativo el hecho de que en este nuevo tramado de relaciones entre Africa, China, India y Brasil, ni los países europeos ni Estados Unidos participen de esta carrera. |
Pascual Albanese , 14/01/2012 |
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