El fin de la recesión en EE.UU
El rescate financiero es prioritario

 


En diciembre, la Reserva Federal redujo su tasa de interés de corto plazo (fondos federales) a entre 0% y 0.25%, el menor nivel desde que fuera fundada en 1913. En el momento en que produjo esta extraordinaria inyección de liquidez, el total de activos de su propiedad ascendía a 2 trillones de dólares, el doble de los que poseía en septiembre, cuando se produjo el colapso de Lehman Brothers (18/09/2008) y comenzó la contracción económica (-6.2% en el último trimestre del año), con una caída del PBI industrial de 15%, la mayor desde la década del ´30.
Luego, la Reserva le prestó a Citibank/Citigroup 303 billones de dólares, y recibió en contrapartida acciones comunes, que transformó en preferenciales en marzo de este año, lo que le otorgó la propiedad del 36% del paquete accionario del mayor banco de Estados Unidos, uno de los tres principales del mundo.

Préstamos semejantes fueron otorgados a AIG, Bear Stearns y Bank of America. Esta semana, la Fed anunció nuevas compras en el mercado hipotecario y, por primera vez en su historia, también de títulos del Tesoro de mediano y largo plazo.

Destinó 750 billones de dólares para la compra de hipotecas garantizadas por el gobierno de los EE.UU., que sumó a los 500 billones que ha comprado en los últimos seis meses. Señaló que en el próximo semestre comprará 300 billones de dólares en títulos del Tesoro, con el objeto de disminuir las tasas de largo plazo en los préstamos de todo tipo.

La cartera de activos de la Reserva Federal alcanzará en julio 4.5 trillones de dólares, un tercio del PBI de EE.UU. Es cuatro veces más que los que tenía hace un año. El objetivo de esta inyección de liquidez en gran escala es reducir las tasas de los créditos privados e incrementar la provisión de préstamos en el sistema financiero.

El rescate financiero tiene prioridad sobre el estímulo de la demanda. Ésta ha caído como consecuencia de la falta de crédito provocada por la extraordinaria crisis de confianza que detonó el colapso de Lehman Brothers el 18 de septiembre. Fue la contracción financiera la que hundió la demanda; y también es la causa directa del sumergimiento de EE.UU en la recesión en el último trimestre del año.

Por eso para Ben S. Bernanke –titular de la Reserva Federal–, la prioridad es resolver la crisis del sistema financiero, porque es la condición para recuperar la demanda y revertir la recesión económica.

“¿Cuándo terminará esta recesión?”, le preguntaron a Bernanke el 15 de marzo. “Todo depende del sistema financiero”, contestó. “La lección de la historia es que no se puede lograr una recuperación sostenida mientras están en crisis los mercados financieros. Hemos visto algunos progresos en este sentido. Pero hasta que no se estabilicen y trabajen normalmente, no habrá recuperación. Si esto sucede, veremos que la recesión termina, lo que puede ocurrir incluso este año, por lo que la economía podría recuperarse con ritmo e intensidad a partir de 2010”, agregó el titular de la Fed.

Bernanke presume que la economía norteamericana está intacta en lo que se refiere a su capacidad de innovación y adaptación, como lo muestran los niveles de incremento de la productividad, que se triplicaron en el último trimestre del año (+3.2%), mientras el producto se contraía 6.2%.

Su visión es compartida por Alan Greenspan, su antecesor: “Hay dos posibilidades, si se estabiliza el sistema financiero. Una es que la recesión en EE.UU, la Unión Europea y Japón desencadene una nueva ola de quiebras entre los grandes bancos, que retroalimente y profundice la contracción económica; la otra, es que la resistencia y flexibilidad excepcionales de la economía norteamericana –reveladas por el boom de productividad de los últimos 13 años– absorba velozmente la crisis, como ocurrió el 19 de octubre de 1987 (Lunes Negro de Wall Street) y el 11/9/2001 (ataques terroristas en Nueva York y Washington)”.

Es difícil calificar a Bernanke o Greenspan de “optimistas”. Ambos sostienen que la comprensión del origen de la crisis abre el camino para su superación. “Es imposible comprender esta crisis sin referirse a los desequilibrios globales en el comercio internacionales y en el flujo de capitales que comenzaron en la segunda mitad de los noventa”, dijo Bernanke.

En ese periodo, EE.UU atrajo 75% del total del flujo de capitales del mundo entero; y China se transformó en el principal exportador mundial de capitales, dirigidos hacia el mercado norteamericano. La contracción financiera es la contrapartida del boom de crédito previo; y éste es un fenómeno surgido de la fase más avanzada de la globalización, en la que –con China– se incorporó al mercado mundial la mitad del mundo, el emergente.
Jorge Castro , 04/06/2009

 

 

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