Schumpeter y la República Popular
China financia la globalización

 


En los primeros 4 meses del 2007 las exportaciones chinas aumentaron 30% en dólares corrientes con respecto a las de igual periodo del año pasado, mientras que las importaciones crecieron 19%.
El resultado es que el saldo favorable de la balanza comercial china se multiplicó por dos con respecto al año anterior, y ascendió, en los primeros cuatros meses del año, a 63.000 millones de dólares.
El superávit comercial chino fue de 44.000 millones de dólares en el 2002 y trepó a 218.000 millones en el 2006; en estas condiciones, al concluir el 2007, alcanzaría los 250.000 millones de dólares; y si el superávit de cuenta corriente fue 2.4% del PBI en el 2002 y 9.5% en el 2006, al concluir el año sería 11% del producto (330.000 millones de dólares).
Atrás quedó el superávit comercial de Japón (4% del PBI), el segundo del mundo, al que el chino casi triplica. Si se agrega al saldo de la cuenta corriente china, el flujo neto de inversión extranjera directa (IED), que el año pasado alcanzó los 78.000 millones de dólares, la balanza básica de pagos de la Republica Popular es 14% del producto.

Esto convierte a China en la principal exportadora de capitales del mundo; y como la tasa de inversión doméstica es 46% del producto, el resultado es que la Republica Popular se ha convertido en la más gigantesca maquina de acumulación del sistema capitalista en su actual fase de globalización, solo por atrás de Estados Unidos.

Las reservas acumuladas en el Banco Central de Beijing, aumentaron un record de 136.000 millones de dólares en el primer trimestre del 2007, y llegaron a 1.389 trillones de dólares a finales de mayo, de lejos las mayores del mundo.

Estos datos de la economía china no son de orden doméstico; tienen un significado global. La contrapartida es que el déficit de cuenta corriente norteamericano es 6% del producto, 800.000 millones de dólares; y se estima que 65%/70% del total del déficit comercial estadounidense es financiado por China y el resto de los países asiáticos.

El conjunto de los bancos centrales del Asia-Pacífico tiene reservas que totalizan 2.8 trillones de dólares.

El núcleo del proceso de acumulación capitalista actual es, por un lado, la superior productividad de la infraestructura económica norteamericana que, al haber alcanzado un escalón históricamente superior -tecnológico y organizacional-, agrega mayor valor al sistema mundial que el resto y, por el otro, el financiamiento chino-asiático.

En un sentido estricto, el núcleo del proceso de globalización en su fase actual, es el cruce de la superior productividad norteamericana y el financiamiento chino, acompañado por el resto de los países asiáticos.

La integración, en términos de flujos de capital, entre China y el resto de los países asiáticos (Japón, Corea del Sur, Taiwán) refleja, en el plano de la liquidez mundial, su previa transnacionalización productiva. Casi el 50% del comercio internacional de Asia-Pacifico es intraregional; más de dos tercios de las importaciones industriales chinas son bienes intermedios provenientes de los países de la región, que se ensamblan en China continental y se exportan al mundo, ante todo al mercado norteamericano.

El 2007 sería así un año de mayor crecimiento que el de los últimos 5 en la República Popular, en los que el producto ha crecido 10% anual promedio.

Lo asombroso es que en estas condiciones de aumento del producto, crecimiento de las exportaciones, niveles records de reservas, no hay sobrecalentamiento de la economía china. “La inteligencia es capacidad de sorpresa”, dice Peguy.

El sobrecalentamiento no se produce porque la tasa de crecimiento sea alta o muy alta, sino porque la oferta se retrasa frente al auge de la demanda; y eso no sucede en China, donde una y otra crecen a la par.

Tampoco hay caída de la rentabilidad de las empresas; la rentabilidad de las empresas industriales, por ejemplo, es la más alta desde el 2004, el año record en China y en la economía mundial. Las ganancias industriales crecieron 44% en el primer trimestre del año, comparadas con un aumento del 18.2% en la segunda mitad del 2006.

Lo que torna “insostenible” el crecimiento chino, en los términos del primer ministro Wen Jiabao, es que los sectores que más han crecido son los más intensivos energéticamente. Así, los 6 rubros de la industria que consumen 70% del total de la energía, y que emiten un porcentaje similar de dióxido de carbono (CO2), crecieron 20.6% en el primer trimestre, el doble que el producto nacional.

Joseph Schumpeter dice que el capitalismo es un sistema intrínsecamente desequilibrado, impulsado por un mecanismo de acumulación interna de carácter autoinducido, que se desarrolla a través de la absorción y despliegue de sucesivas revoluciones tecnológicas. Este sistema en continua crisis, en el que los equilibrios son provisorios y la inestabilidad constante, parece haber alcanzado en la dupla China-Estados Unidos una nueva estructura del proceso de acumulación global.
Jorge Castro , 19/06/2007

 

 

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