Estrategia de Biocombustibles para América Latina y el Caribe

 


El 22 de enero pasado, en el discurso sobre “El estado de la Unión”, el presidente de EEUU, George W. Bush, propuso dictar una legislación que obligue a mezclar la nafta que se expende en las estaciones de servicio norteamericanas, con 20 % de etanol, en el plazo de 10 años. La iniciativa busca reducir la vulnerabilidad estadounidense frente a acciones provenientes de Estados hostiles y atenuar el cambio climático global. Esto implica aumentar 800 % el consumo de etanol en el 2017. La industria norteamericana, por si sola, no puede proveer todo ese biocombustible, pues, si bien su producción está creciendo al 30 % anual, el maíz cosechado en EEUU no alcanza para atender simultáneamente su uso como alimento y como materia prima para la producción de etanol.
Conciente de esta situación, el gobierno de los EEUU está buscando socios estratégicos para poder cumplir con la muy ambiciosa meta propuesta, las primeras conversaciones fueron efectuadas con funcionarios y empresarios de Brasil, país que es el mayor exportador de etanol.

En un encuentro celebrado el 18 de diciembre pasado en el Biltmore Hotel, de Miami, Jeb Bush, Gobernador de la Florida, Roberto Rodrigues, Presidente del Consejo Superior de Agronegocios de San Pablo y Luis Alberto Moreno, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), anunciaron la formación de la Comisión Interamericana de Etanol, que tiene como misión fomentar el uso de etanol en las mezclas de nafta en el continente americano.

El BID ha realizado varias reuniones con empresarios y ONGs a fin de tratar el tema de los combustibles alternativos, y su titular anunció, en ese mismo encuentro, préstamos por 3.000 millones de dólares para promover el desarrollo del etanol en la región.

La necesidad de encarar rápidamente la sustitución de combustibles fósiles por biocombustibles tiene consenso bipartidario. Bill Clinton expresó en una conferencia realizada en la sede del BID el 13 de julio de 2006 “Para mí, esto es un imperativo moral y una oportunidad económica fenomenal para que América Latina entre al negocio de conservar sus recursos naturales y desarrollar una energía alternativa futura”. Por su parte Al Gore encabezará el “First Biofuels Congress of the Americas” a realizarse en Buenos Aires los días 6 y 7 de marzo.

El Presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva, en el discurso que pronunció el 26 de enero en el Foro Económico Mundial de Davos, propuso que, EEUU debía participar con financiamiento y tecnología en la instalación de plantas de producción de etanol en países emergentes. De esta forma obtendría un biocombustible más económico y además fomentaría la integración de la economía mundial.

La reunión de Davos también dio un nuevo impulso a las conversaciones comerciales globales de la ronda de Doha, suspendidas hace seis meses por el estancamiento en temas de agricultura. Los 150 miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) acordaron el 31 de enero reactivar las negociaciones, iniciada en el 2001 con el fin de mitigar la pobreza a través de condiciones comerciales más justas. El director general de la OMC Pascal Lamy, dijo en un discurso pronunciado en Davos que “las condiciones políticas son más favorables para la conclusión de la ronda de lo que lo han sido durante mucho tiempo",

En ese mismo Foro, se comentó en forma insistente, que EEUU y Brasil estaban trabajando conjuntamente en la “Estrategia de Biocombustibles para América Latina y el Caribe”, mediante la cual se propondrá a los países del continente americano una acción conjunta que englobe, temas como la transferencia de tecnologías, el financiamiento de nuevas plantas, la reducción de las tasas aduaneras y la atenuación del cambio climático global.

El grueso de las reservas mundiales de crudo se encuentra en zonas conflictivas, como Medio Oriente, Nigeria, Indonesia y Venezuela. Las mayores reservas de gas se encuentran en Rusia, resuelta a obtener el máximo beneficio de sus riquezas, sin importar los métodos para lograrlo. Los conflictos tanto económicos como militares, puede no sólo elevar significativamente los precios de la energía, sino también poner en peligro la continuidad del suministro, como ocurrió en 1973, en la guerra del “Yom Kipur”, entre Israel, Egipto y Siria.

Los desacuerdos económicos entre Rusia y algunos países ex integrantes de la desaparecida Unión Soviética, causaron, los dos últimos inviernos, amenaza de interrupción de suministro del gas ruso en Europa Occidental.

La “Estrategia de Biocombustibles para América Latina y el Caribe”, impulsada por Brasil y EEUU tendrá un gran impacto en la región, tanto económico como ambiental. Para Argentina, poseedora de inmensos recursos naturales subexplotados, representará una gran oportunidad histórica, que no se puede desaprovechar.

Publicado en EL CRONISTA el 18/2/07
Alejandro Albanese , 16/02/2007

 

 

Inicio Arriba