Acuerdo entre Estados Unidos e India .
Fin del monopolio nuclear

 


El 9 de diciembre el Congreso de los Estados Unidos aprobó la ley que autoriza por primera vez en 30 años la exportación de combustible y tecnología nuclear a la India, a pesar de que no es miembro del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). De este modo, Estados Unidos ha modificado su propia ley, que prohibía, desde 1968, el comercio atómico con naciones que no fueran integrantes del TNP. Así, también, el Congreso de Washington aprobó el acuerdo nuclear suscrito en julio del 2005 por el presidente George W. Bush y el premier indio Manmohan Singh.
El TNP, firmado el 1° de julio de 1968, e integrado actualmente por 189 países, se funda en tres principios básicos: a) los estados no nucleares, que son aquellos que no han detonado armas de este tipo antes del 1 de enero de 1967, se comprometen a no fabricarlas y a no buscar su transferencia; b) los estados nucleares, que entonces eran cinco (Estados Unidos, Unión Soviética, hoy Rusia, China, Francia y Reino Unido), se comprometen a trabajar seriamente para su eliminación; c) por último, los estados nucleares avanzados asumen el compromiso de asistir a los que no lo son en el “desarrollo de la energía nuclear con propósitos pacíficos”.

Es un acuerdo, en síntesis, por el que los países no nucleares reafirman su renuncia a las armas atómicas, a cambio de que 5 estados nucleares eventualmente las eliminen.

Pero en mayo de 1998, India detonó 5 artefactos nucleares; y dos semanas después su rival geopolítico en el subcontinente indio, Pakistán, hizo lo propio con otros 5 instrumentos nucleares.

Luego, el 11/9 del 2001 demostró que una organización subestatal, transnacional, puede cometer sofisticados ataques de terrorismo de masas de carácter catastrófico, en el corazón mismo de la única superpotencia global.

A partir de allí, la principal amenaza estratégica del mundo de hoy es la que surge del cruce del terrorismo transnacional con las armas de destrucción masivas, sobre todo nucleares.

Corea del Norte ratificó el TNP en 1985; y en el 2002 la inteligencia de Estados Unidos informó que el régimen norcoreano había comenzado un programa clandestino de enriquecimiento de uranio. En el 2003, NorCorea se retiró del TNP, apelando al artículo 10 del tratado sobre causales de retiro.

Finalmente, el 9 de octubre del 2006, Corea del Norte detonó una bomba nuclear con una capacidad explosiva de 15.000 kilotones, una potencia levemente inferior a la de Hiroshima.

Irán es firmante del TNP desde 1968, y también lo es de la Convención de Armas Químicas (QWC), y de Armas Biológicas (BWC), y del Tratado Comprensivo de Exclusión de Pruebas Nucleares (CTBT). A su vez, en 1974, el gobierno de Teherán suscribió un acuerdo especial con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), organismo de verificación del TNP, en el que acepta la supervisión internacional de todo material fisionable en cualquier actividad nuclear de carácter pacifico que realice en su territorio.

El 10 de enero de 2006, funcionarios de la República Islámica de Irán rompieron con la AIEA, y retomaron el proceso de enriquecimiento de uranio, en desafió directo a la comunidad internacional.

El TNP ha sido derrotado por NorCorea, que desarrolló armas nucleares en forma clandestina; y el sistema está siendo probado por Irán, además de haber sido sobrepasado por India, Pakistán e Israel.

El sistema de poder mundial que impulsó al TNP no existe más. Era una estructura de poder mundial de carácter bipolar, vigente durante los 40 años de la Guerra Fría; y el TNP fue el resultado de un acuerdo entre las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética; y una de ellas desapareció en 1991, con la implosión de la URSS, y junto con ella cayó la estructura bipolar.

El sistema actual de poder en el mundo es unipolar; y Estados Unidos es su eje y centro; por eso, el actual régimen de no proliferación, es el que establece Estados Unidos con los países directamente involucrados en los nuevos desafíos nucleares. En el primer caso, Corea del Norte, es ante todo China, y también Japón, Corea del Sur y Rusia; en el otro, Irán, es la Unión Europea, sobre todo Alemania, Rusia e Israel.

Lo esencial de un régimen de no proliferación, como el TNP, no es evitar una guerra nuclear, sino mantener una determinada estructura de poder mundial. Charles De Gaulle acusó a los Estados Unidos y la Unión Soviética, en relación al TNP de 1968, precisamente por eso.

El pensamiento estratégico excluye por definición toda visión catastrófica. La cuestión no es una guerra nuclear que pueda ser desatada por Corea del Norte o Irán, sino el desafío que implican como potencias nucleares a la actual estructura del poder mundial. El régimen iraní, convertido en potencia nuclear, modifica la relación de fuerzas en Medio Oriente, y Medio Oriente es la región estratégicamente decisiva, hoy, del sistema mundial.

“La geopolítica es una disciplina que los académicos descartan, pero que los estadistas practican”, dice Henry Kissinger.

Publicado en el DIARIO PERFIL el 17/12/06
Jorge Castro , 18/12/2006

 

 

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