El ejemplo de la fuerte apuesta energética de Brasil

 


La producción de energía depende de dos factores, recursos naturales e inversión. En el caso de los biocombustibles muchos países, entre ellos Brasil, están invirtiendo fuerte en el desarrollo de proyectos vinculados con la producción de biocombustibles y su uso en reemplazo de la nafta y el gas oil en los automotores.
El presidente de Brasil anunció recientemente que su país será dentro de 20 o 30 años la potencia energética más grande del planeta, porque además de haber alcanzado el autoabastecimiento petrolero, producirá dentro de 2 años la mayor parte del gas que consume y es el mayor productor mundial de etanol. “Brasil registra una revolución energética”, agregó Lula, ya hizo la del etanol; ahora hará la del biodiesel.
La producción mundial de etanol para ser utilizado como combustible alcanzó 30 millones de m3 en el 2005. Brasil, que produce el 59 % del total mundial, comenzó a usar etanol extraído de la caña de azúcar como combustible a partir de 1975. Actualmente, 7 de cada 10 automóviles que se venden en Brasil pueden usar nafta, etanol o una mezcla de ambos.
Brasil destina el 52% de su cosecha de azúcar para producir etanol. Esta nueva demanda provocó que, en el mercado internacional, la libra de azúcar que durante la década pasada se negociaba por menos de 10 centavos de dólar, recientemente haya subido hasta 18 centavos.

Cuando Lula menciona que su país”realiza una revolución energética con el biodiesel“, se refiere a un desarrollo tecnológico realizado por Petrobrás que modifica su forma de producción a través de una innovación fundamental.

Hasta el mes pasado el biodiesel se producía a partir de aceites vegetales de soja, colza u otros, en plantas especialmente construidas, en las que el aceite es transformado, calentándolo y agregándole metanol o etanol y un catalizador. Posteriormente, es filtrado y purificado, obteniendo biodiesel y, también, glicerina como subproducto.

Petrobrás anunció la semana pasada que había desarrollado un nuevo sistema de transformación de aceites vegetales en biodiesel, que no requiere nuevas instalaciones especialmente construidas, sino que utilizará las refinerías de petróleo existentes.

El proceso, denominado “H_Bio”, consiste en hidrogenar el aceite vegetal y mezclarlo con el combustible que se esté tratando en las en refinerías existentes, obteniéndose, de esta forma, un combustible diesel de muy buena calidad.

El uso del aceite vegetal para la fabricación en gran escala del nuevo combustible creará una demanda adicional para la soja de 1.2 millones de toneladas .

La potencialidad productiva brasileña en materia agropecuaria es inmensa, tiene 92 millones de hectáreas de tierra fértil todavía no utilizadas en el “Cerrado”, la mayor reserva de tierras sin cultivar mundial.

El segundo productor mundial de etanol es EEUU, que lo obtiene a partir del maíz. En 600 estaciones de servicio de ese país se expende “E85”, con 85 % de etanol y 15 % de nafta.

Mediante el “National Programs Bioenergy & Energy Alternatives” EEUU desarrolla más de 20 proyectos de investigación referidos a la producción de etanol y biodiesel y su uso como combustible Algunos de estos programas están supervisados por el Departamento de Agricultura y su objetivo es utilizar tierras actualmente marginales para producir biocombustibles. En la Argentina, el panorama no es tan alentador, la producción de petróleo cayó 19 % entre 1998 y el 2005, lo que significa que el país se convertirá en importador neto y creciente de crudo a partir del 2008. El precio al que las refinerías reciben hoy el producto es sustancialmente menor al del mercado internacional debido a las retenciones a la exportación del 45 %. Cuando comience la importación de crudo, obviamente a precios internacionales más el flete, el impacto de los mayores costos en los precios de la nafta y el gasoil será muy fuerte.

Además en 2005 cayó la producción de gas natural 1,4 % y, si continúa esta tendencia, se acentuarán las restricciones al suministro.

Hace años que en la Argentina no se construye ninguna gran Central Hidroeléctrica, desaprovechando el inmenso potencial energético de sus ríos.

Pese al enorme potencial agrícola de su territorio la producción de etanol en Argentina es de escasos 159.000 m3, ubicándose en el 17° lugar mundial.

La producción de energía depende de dos factores, recursos naturales e inversión, tanto Brasil como la Argentina tienen recursos naturales incluyendo reservas de petróleo y gas, recursos hidroeléctricos y una inmensa riqueza agrícola. Brasil esta invirtiendo fuerte en el sector energético y obtiene importantes incrementos de su producción. La Argentina no está invirtiendo y por este motivo su producción energética está cayendo, y caerá todavía más.
Alejandro Albanese , 20/06/2006

 

 

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